Mientras la madrugada del martes avanzaba en México, algunos se fueron a dormir apesadumbrados y otros recorrían hospitales en busca de familiares que al parecer viajaban en vagones de la Línea 12 del metro, que el lunes por la noche se desplomó sobre una avenida de la capital del país.
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El accidente ocurrió alrededor de las 22:30 y dejó al menos 23 muertos y 70 heridos, informó la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Unas cinco horas después, la cifra de hospitalizados ascendía a 65, siete de ellos se encontraban en quirófano en estado grave. Entre los fallecidos había menores aunque las autoridades no concretaron el número.
Sheinbaum pidió “no especular y esperar a los peritajes para saber qué ocurrió”, pero garantizó que se realizaría una investigación “profunda” para deslindar responsabilidades. “Si es necesario un peritaje externo, también se realizará”, señaló. Después se informó que la operación de la línea se suspendería por completo y como transporte alternativo para los capitalinos se ofrecerían casi 500 autobuses. La avenida sobre la que ocurrió el occidente también permanecería cerrada.
En las primeras horas después del caos, el presidente Andrés Manuel López Obrador no realizó ningún pronunciamiento, lo que desató críticas de cientos de usuarios en redes sociales.
Los testigos en la zona dijeron escuchar un gran crujido, como un trueno, cuando se venció una trabe justo al paso un tren. Un automóvil quedó aprisionado debajo con una pareja dentro. La estructura estaba a unos cinco metros de altura por encima de la avenida.
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La mujer fue sacada del coche, aparentemente con vida, según dijo a periodistas Adrián Loa Martínez, su cuñado. Su hermano permanecía atrapado entrada ya la madrugada. “Está ahí abajo ahorita”, explicaba. “Tantas toneladas ahí arriba… imagínese para mover todo eso”.
En cuestión de minutos, la zona en torno a la estación Olivos se llenó de ambulancias, rescatistas, camiones de bomberos, patrullas de la Guardia Nacional, del ejército y de la Marina. Centenares de personas se arremolinaban nerviosas, incluidos los familiares y amigos que buscaban a los seres queridos que no habían llegado a la casa a la hora prevista y solían utilizar esa línea. En lo alto, se podía observar el vagón totalmente partido.
A medianoche se interrumpió temporalmente el rescate porque el tren estaba “muy débil” y todavía quedaban personas dentro, aunque se desconocía si seguían con vida. Los trabajos se reanudaron cuando llegó una grúa para asegurar el tren e impedir que terminara de caerse.
Fuerzas de seguridad de todos los niveles de gobierno colaboraban en el operativo mientras el gobierno de la ciudad montaba un centro de mando para informar a los familiares y había puesto un cerco para que nadie se acercara.
Con el paso de las horas, la desesperación crecía mientras las autoridades trabajaban en identificar a las víctimas. Algunas listas de heridos y trasladados a hospitales se publicaron al paso de las horas en las redes sociales de las autoridades, pero varios familiares de personas que al parecer viajaban en el metro no lograban encontrar a sus seres queridos. Muchos publicaban fotografías y señas de identidad en redes sociales esperando conseguir alguna pista; otros iban de un hospital a otro y diversas imágenes de televisoras locales los mostraban a las afueras de las clínicas mientras ansiaban obtener información.
Sheinbaum aseguró que había una línea telefónica habilitada para dar información, pero algunos afectados aseguraban a medios que ésta se había colapsado por la alta demanda.
“No nos dan informes, la policía nos empuja, no nos dicen nada, solo se amontona la gente”, explicaba desde el lugar del accidente Oscar López, de 26 años, que buscaba alguna señal de su amiga Ariana Salas, una dentista de su misma edad y embarazada de seis meses que regresaba a su casa después del trabajo.
La madre de la joven le marcó para que acudiera al lugar en cuanto supo la noticia. Al llegar, no podía acercarse, ni encontraba información en los hospitales, con gran actividad previa debido a la pandemia de COVID-19. “Es como mi hermana, no me creo que esté pasando todo esto”, lamentaba. “Algo iba a pasar en este metro”.
El suceso tuvo lugar en la Línea 12 del metro, cuya construcción fue objeto de numerosas denuncias e irregularidades, lo que alimentaba los rumores por mucho que la alcaldesa pidiera esperar a los resultados de los peritajes e insistiera en que siempre hablarían con la verdad por delante.
“Deben investigarse causas y deslindarse responsabilidades”, escribió en Twitter el canciller Marcelo Ebrard, exalcalde de la ciudad de 2006 a 2012. “Me reitero a la entera disposición de las autoridades para contribuir en todo lo que sea necesario”.
“Lo ocurrido hoy en el Metro es una terrible tragedia” agregó. “Mi solidaridad a las víctimas y sus familias”.
El Metro de Ciudad de México, uno de los más grandes y transitados del mundo, ha tenido al menos tres accidentes graves desde su inauguración hace medio siglo.
En marzo del año pasado, un choque entre dos trenes en la estación de Tacubaya dejó un pasajero muerto y causó lesiones a 41 personas.
En 2015, un tren que no frenó a tiempo se estrelló contra otro en la estación de Oceanía, causando heridas a 12 personas, en lo que las autoridades calificaron luego de un “doble error humano”.
El accidente más grave fue un choque en la estación Viaducto en 1975, hubo 31 muertos y más de 70 heridos, de acuerdo con el diario El Universal.