La relajación de las restricciones por parte del gobierno, la merma en pruebas moleculares realizadas y la sobreconfianza de la población tras el comienzo del proceso de vacunación serían algunos de los elementos que han provocado el alza en las cifras de hospitalizaciones por Covid-19 registradas en la pasada semana.
El 19 de marzo, de acuerdo con los datos del Instituto de Estadísticas, 119 camas de adultos estaban ocupadas por pacientes de Covid-19, la cantidad más baja desde que el 6 de julio de 2020 se registraron 115. Nueve días después, el dato de adultos hospitalizados con Covid-19 se ubica en 171, a los que se suman 22 pacientes pediátricos, para un total de 193 hospitalizaciones.
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Julio del pasado año fue el mes en que comenzó la primera gran ola de hospitalizaciones, al punto de que al 3 de agosto la cifra de pacientes adultos se había disparado a 533, un récord hasta entonces.
Tras la implementación de nuevas restricciones, el dato se redujo hasta 292 el 18 de octubre. Sin embargo, en menos de dos meses, e impulsada por festividades como Acción de Gracias, una segunda ola provocó un nuevo récord de 657 hospitalizaciones, registrado el 10 de diciembre.
La tendencia a la baja que se observó desde entonces, sin embargo, se ha visto interrumpida en los pasados 10 días.
“La gente se está moviendo como antes de la pandemia, eso se mide a través de Google Metrics y la movilidad está igual que antes de la pandemia. Tenemos menos cantidad de pruebas (diagnósticas) porque la gente no está yendo a hacérselas y lo que pide es vacunas y, a pesar de tener síntomas, no están yendo. La gente se confía en que hay vacunas disponibles y todos esos factores juntos hacen la combinación para que aumenten los casos”, señaló el presidente del Colegio de Médicos, Víctor Ramos.
Tanto Ramos como la ex epidemióloga del Estado Ángeles Rodríguez apuntaron, además, a la presencia en el país de diversas variantes del Covid-19 como una de las posibles causantes del aumento registrado de hospitalizaciones. La ausencia de un sistema efectivo de vigilancia genómica, mediante el cual sea posible identificar de forma expedita la variante específica que padece un paciente contagiado, previene la capacidad de tomar acciones puntuales para mitigar la propagación.
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“Es posible que las nuevas variantes que se sabe han llegado a Puerto Rico sean más prevalentes de lo que uno piensa. Todas esas cosas pueden influir en que haya una transmisibilidad más alta y, por ende, más hospitalizaciones y complicaciones”, señaló Rodríguez.
“La vigilancia genómica no la tenemos tan robusto como quisiéramos. Falta un equipo que llegue para poder montarlo como queremos. Ciertamente eso es un problema de no estar seguros de si hay una variante produciendo esto”, añadió Ramos por separado.
El pasado 13 de marzo, el Departamento de Salud confirmó que en Puerto Rico se había corroborado la presencia de tres variantes del virus: las identificadas inicialmente en Inglaterra (B.1.1.7), Brasil (P.2) y California (B.1.429).
Tanto Rodríguez como Ramos temen que la celebración de la Semana Santa, para la cual el gobierno aún no ha emitido ninguna restricción específica, pudiera convertirse en un nuevo eje de contagios masivos y, como consecuencia, hospitalizaciones y muertes.
“La gente está actuando como si nada pasara y, ciertamente, el ‘spring break’ en Estados Unidos, que es la Semana Santa para nosotros, fue lo que disparó la pandemia en Estados Unidos (en 2020). Aquí no tanto, porque teníamos el ‘lockdown’ casi total la pasada Semana Santa. Ciertamente eso preocupa”, dijo Ramos.
Rodríguez destacó que múltiples países europeos, donde igualmente comenzó la vacunación masiva, atraviesan olas de contagios similares a las que sufrieron para la misma época del pasado año.
“Tenemos que entender e internalizar que esto no ha terminado. Tenemos que seguir protegiéndonos, aun las personas que no han sido vacunadas tienen que tomar las precauciones del uso de la mascarilla y el distanciamiento social, evitar los aglomeramientos, los lugares con mucha gente, las salidas a restaurantes y sitios cerrados”, enumeró la infectóloga.
“Esto es una enfermedad transmisible. Si bajas las precauciones que evitan que se transmita pues vas a tener un aumento de casos. Si la variante (prevalente) es la que es más transmisible, como podría ser la de Reino Unido, vamos a tener números alarmantes, que cada uno puede contagiar de tres a 10 (personas) más. Fácilmente nos podemos volver a ver donde empezamos. Hemos tenido la dicha de mantener esto relativamente controlado todo el tiempo, pero podríamos ver que las cosas se compliquen de verdad”, advirtió Rodríguez.
Ramos sostuvo que aunque, entre diciembre y marzo, “íbamos muy bien” en cuanto a los principales indicadores de la pandemia en Puerto Rico, no se puede descartar la posibilidad de otra ola, incluso según avanza la vacunación de la población. Hasta ayer, sobre 607,000 personas en la isla habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el Covid-19, o cerca de un 20% de la población.
“Hay que ver cuál es la razón de este repunte, pero ciertamente pudiera elevarse. Parece a cuando comenzó a subir en septiembre, que terminamos en esos números de 600 en noviembre y diciembre. Nos preocupa que vayamos en ese rumbo y por eso hay que cortar eso”, puntualizó el galeno.