El gobernador de Florida Ron DeSantis criticó la continua prohibición del gobierno federal a que los cruceros utilicen los puertos de Estados Unidos, amenazando el viernes con demandar si no se permite que uno de los sectores turísticos más grandes del estado reanude operaciones pronto.
En una presentación en Port Canaveral con líderes de las líneas de cruceros Carnival, Norwegian, Disney y Royal Caribbean, DeSantis y la secretaria de Justicia de Florida, Ashley Moody, dijeron que están examinando las opciones jurídicas con que cuenta el estado si los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) no permiten que los cruceros vuelvan a operar en Estados Unidos para el verano boreal.
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El estado es la capital de los cruceros en la nación con tres de los puertos más activos del mundo: Miami, Port Canaveral —cerca del Centro Espacial Kennedy— y Port Everglades, cerca de Fort Lauderdale. Millones de personas suelen partir en cruceros desde Florida cada año y el sector genera miles de millones de dólares para la economía estatal.
DeSantis dijo que el hecho de que la prohibición continúe sólo está dañando a Florida sin tener efecto alguno sobre la pandemia. En otras partes del mundo los cruceros han reanudado actividades y los estadounidenses están volando a las cercanas Bahamas para abordar buques.
“¿Está bien que el gobierno simplemente pare a una industria durante un año?”, preguntó el gobernador republicano. Dijo que ahora la gente tiene que decidir por sí misma en qué cosas está dispuesta a arriesgarse.
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Los CDC suspendieron las actividades del sector de los cruceros hace un año cuando varios brotes de coronavirus fueron vinculados a buques en diversas partes del mundo. DeSantis y líderes de la industria alegaron el viernes que, como ya hay aplicación generalizada de pruebas y más disponibilidad de vacunas, el peligro no es peor ahora que si se viaja por avión o tren, lo cual sí está permitido. Los cruceros han reanudado operaciones con restricciones y protocolos de seguridad en muchas partes del mundo, y los líderes del sector dicen que no ha habido nuevos brotes vinculados con sus navíos.
Los CDC no respondieron de inmediato a un correo electrónico el viernes para solicitarles sus comentarios. Emitieron directrices en octubre que requieren que los cruceros efectúen viajes simulados para probar procedimientos y tener laboratorios de pruebas a bordo antes de que se permita el ingreso de pasajeros, pero no se han emitido más indicaciones, dejando la prohibición en vigor.
Cindy Prins, epidemióloga de la Universidad de Florida, defendió la prohibición, diciendo que aún es muy pronto para que los cruceros vuelvan a operar. A diferencia de otros medios de transporte, las familias y los grupos en los cruceros se entremezclan y cenan juntos durante largos períodos, incrementando la probabilidad de contagios, y las pruebas y las revisiones para detectar posibles síntomas no son métodos perfectos de prevención.
Dijo que sería necesario que las líneas de cruceros sólo aceptaran como pasajeros y tripulantes a los que puedan demostrar que ya recibieron sus dos vacunas con el fin de evitar infecciones. Ningún líder del sector dejó entrever el viernes que ése sería un requisito si reanudan sus operaciones en Estados Unidos, y DeSantis expresó su oposición a requerir que se exija la vacunación para la participación en la economía.
Más de 8 millones de pasajeros partieron en cruceros desde Florida en 2019, el último año completo antes de la pandemia.