Un innegable amor salpicado por anécdotas graciosas -en y fuera de cámara-, fotos que denotaban complicidad no de compañeros de trabajo sino de verdaderos amigos y videos con algunas de las actuaciones más memorables de Albert Rodríguez fueron tan solo una parte del programa especial El Remix que se transmitió la noche del miércoles por Wapa TV.
Se trató de un homenaje póstumo al fallecido actor en que se conjugó lo que él hubiera querido en vida: la reunión de un importante grupo de actores del patio que ya no trabajaban juntos en la pantalla chica.
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Travieso, ocurrente, con un gran sentido de amistad eran lo que denotaban las anécdotas.
La actriz Marian Pabón dijo que la amistad entre ellos era tan profunda que las hermanas de Albert le dicen a ella “cuñi” (cuñada) y cuando él le escribía en broma por redes sociales “feliz aniversario” la gente se creía que verdaderamente estaban casados.
Recordó que Albert no seguía los libretos, pero ya era tanta la confianza y el método de trabajo lo tenían tan aprendido que ella sabía como seguirlo.
“Albert era el hombre más noble, más bueno y más honesto”, expresó Pabón con emoción.
Dijo que aún con su muerte Albert se aseguró de ser el primero en todo ya que será enterrado el mismo día que ella cumple años.
“Ahora cada vez que sea mi cumpleaños en vez de celebrar yo voy a estar recordándolo…hasta en este momento siegue siendo el primero, la diva”, afirmó arrancando aplausos del resto de los actores.
Suzzette Bacó contó sobre un viaje que hicieron a Italia y en el que Albert le porfió que sabía hablar italiano porque era muy sencillo, solo había que terminar todas palabras con la letra i. De esa forma pidió en una tienda unos “zapatis, rojis en tamañi 10”.
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Cuando el empleado de la tienda se fue, Suzette pensaba que los botarían por el relajo. Para su sorpresa el empleado entendió y le trajo los zapatos rojos en su talla.
Deddie Romero, su socia en la escuela National Talent Academy, en la que Albert fungía como gerente, relató que en esas funciones era igual de travieso y le hizo pasar muchas “vergüenzas” como la vez que en una visita a una empresa pidió que no le regalaran más bolígrafos que le dieran mejor algo importante como una nevera.
“La gente sabía y lo amaban”, aseguró Romero.