La pandemia del coronavirus ha supuesto “un retroceso en los avances, logrados con esfuerzo, en los derechos de las mujeres”, advirtió el lunes el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en el Día Internacional de la Mujer, mientras los llamados al empoderamiento de la mujer se repitieron en todo el mundo, desde Myanmar y Afganistán, a Arabia Saudí y Estados Unidos.
Guterres homenajeó a todas las mujeres mandatarias cuyos países han sufrido menos muertes durante la pandemia, al 70% de las trabajadoras de la salud y de atención en primera línea — “muchas de las cuales pertenecen a grupos marginados racial y étnicamente” — y a las organizaciones de mujeres que han proporcionado servicios a nivel local e información sobre el COVID-19.
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La pandemia, sin embargo, ha demostrado que “este sigue siendo un mundo dominado por hombres con una cultura dominada por hombres”, afirmó Guterres en un mensaje en video. “Pero también ha obligado a tener en cuenta las desigualdades globales, las fragilidades y la arraigada discriminación de género”.
Todos esos asuntos, además del incremento de la violencia contra la mujer, estarán seguramente en la agenda de dos destacados eventos que formarán parte de las demoradas conmemoraciones del 25to aniversario de la Conferencia de la Mujer de Beijing de 1995, donde se adoptó una hoja de ruta de 150 páginas para lograr la igualdad de género.
Los actos, centrados en la sociedad civil y pensados “para catapultar” la igualdad de género, comenzarán con una cumbre global virtual en la Ciudad de México entre el 29 y el 31 de marzo.
A esto le seguirá una en París del 30 de junio al 2 de julio, anunciada el lunes, llamada Foro Generación Igualdad.
“Estamos en una encrucijada mientras reflexionamos sobre la recuperación de una pandemia que ha tenido un impacto desproporcionado en mujeres y niñas”, dijo la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, en el acto del organismo por el Día Internacional de la Mujer.
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El mundo enfrenta el desafío de la subrepresentación de las mujeres en las instituciones, algunas de las cuales son cruciales para la recuperación del COVID-19, afirmó destacando que solo el 12% de los parlamentos son paritarios, 119 países nunca han tenido una mujer líder y apenas 13 gobiernos están formados por igual número de hombres y de mujeres.
Mlambo-Ngcuka pidió la inclusión de la mujer en las decisiones que afecten “al mal gobierno corporativo” de sus vidas y dijo que el Foro Generación Igualdad ayudará a tomar medidas para la recuperación.
Las expresiones de preocupación por el estado de los derechos de las mujeres se repitieron en todo el mundo.
En Afghanistan, Sima Samar, que lleva 40 años luchando por los derechos de la mujer, dijo que en las dos décadas desde el derrocamiento de los talibanes se lograron muchos avances: con escuelas abiertas para las niñas o la presencia de mujeres en la fuerza laboral, la política y la justicia. Están presentes incluso en la mesa de diálogo entre talibanes y gobierno que trata de pactar una solución al conflicto, añadió.
Pero en una entrevista con The Associated Press, Samar apuntó que esos logros son frágiles, que la violencia va en aumento y los señores de la guerra han ganado relevancia, y que Estados Unidos valora salir del país en mayo.
Afganistán es, después de Yemen, el peor país del mundo para ser mujer, según la clasificación de 2019 realizada por el Instituto para la Mujer, la Paz y la Seguridad de la Universidad de Georgetown, en Washington, y el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo. La tasa de analfabetismo entre las afganas es del 82% y la mayoría de las mujeres encarceladas allí lo están por delitos “morales” como pedir el divorcio.
En Myanmar, cinco colectivos por los derechos de las mujeres señalaron en una carta conjunta que se estima que las mujeres son el 60% de los participantes en las masivas protestas contra el golpe de Estado militar del 1 de febrero, que al menos seis mujeres y niñas fueron asesinadas y que muchas otras están detenidas y “en alto riesgo de (sufrir) violencia, acoso y abusos sexuales con protecciones legales limitadas o nulas”.
En Europa, 158 parlamentarias de la Unión Europea y Gran Bretaña firmaron una declaración conjunta instando a Arabia Saudí a acabar con la discriminación contra la mujer y a “desmantelar por completo el sistema de tutela masculina”, que se alivió en 2019 para permitirles viajar sin el consentimiento de un hombre. Todavía en vigor están por ejemplo las normas que requieren consentimiento masculino para que una mujer salga de prisión, abandone un albergue para maltratadas o se case.
En Estados Unidos, el presidente, Joe Biden, firmó órdenes ejecutivas para establecer el Consejo de Política de Género de la Casa Blanca para promover la igualdad de género, de derechos y de oportunidades para mujeres y niñas. El mandatario ordenó además al Departamento de Educación que revise las normas y políticas para asegurar que se “garantiza una educación libre de violencia sexual”.