India está ampliando su campaña de vacunación contra el coronavirus, vacunando no sólo a los trabajadores del sector salud y a los trabajadores esenciales sino también a los ancianos y a quienes tienen problemas médicos que los hacen más susceptibles. Uno de los primeros que recibió la inoculación el lunes fue el primer ministro Narendra Modi.
Ahora podrán recibir la vacuna las personas mayores de 60 años y los mayores de 45 que padezcan ciertas enfermedades como diabetes o males cardíacos que les hacen susceptibles al COVID-19. Las vacunas estarán disponibles de manera gratuita en hospitales públicos o en unos 10.000 hospitales privados a un costo de 250 rupias (3,40 dólares).
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Pero la campaña de vacunación en la India, la más grande del mundo, ha empezado con lentitud. Al enterarse de que ciertos sectores de la población se están mostrando renuentes a ser vacunados, Modi, de 70 años, accedió a aplicarse la vacuna de la compañía india Bharat Biotech, que ha sido recibida con cierto escepticismo. Aun así exhortó a la ciudadanía a vacunarse, tuiteando: “¡Juntos erradicaremos el COVID-19 de la India!”.
La campaña de vacunación, que arrancó en enero en este país de 1.400 millones de habitantes, se ha vuelto más urgente ya que la tasa de infecciones está aumentando nuevamente tras varios meses de declive y ante el descubrimiento de nuevas variantes que parecen ser más contagiosas y que podrían ser resistentes a la vacuna.
Centenares de ancianos hacían fila desde la mañana frente a hospitales privados. Entre ellos estaba Sunita Kapoor, quien esperaba ser vacunada junto con su esposo. La mujer relató que desde hace meses se han quedado en casa sin ver a nadie para protegerse del virus, y que ahora con la vacuna tiene esperanzas de que podrán socializar de nuevo.
“Estamos muy emocionados”, expresó Kapoor, de 63 años.
Muchos de los presentes se quejaron del sistema para registrarse por internet y esperaron horas en fila para recibir la vacuna, problemas que otros países han tenido también.
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El doctor Giridhar R. Babu, experto en epidemias en la Fundación de Salud Pública de la India, manifestó que las largas esperas son un problema para las personas de edad avanzada ya que existe la posibilidad de que se contagien en los hospitales.
“Un efecto secundario podría ser contraer el COVID cuando vayan a recibir la vacuna”, indicó.
Aunque India tiene los mayores fabricantes de vacunas del mundo y uno de los programas de inmunización del mundo, la campaña no ha salido como estaba planeado. De los 10 millones de trabajadores de sal salud que el gobierno deseaba inmunizar inicialmente, sólo 6,6 millones han recibido la primera de las dos inyecciones y 2,4 millones han recibido ambas. De los aproximadamente 20 millones de trabajadores esenciales como policías o cuadrillas de aseo, sólo 5,1 millones han sido vacunados.