Alambradas de cuchillas y barreras de concreto rodean el palacio de justicia donde un expolicía de Minneapolis acusado de matar a George Floyd será juzgado pronto, una señal de la profunda inquietud que se cierne sobre una ciudad literalmente incendiada hace casi un año por la furia que causó su muerte.
El alcalde Jacob Frey y el gobernador Tim Walz, ambos demócratas, recibieron fuertes críticas por no actuar más rápido para detener el saqueo y la destrucción del verano pasado, que incluyó el incendio de una estación de policía. Cualquier cosa menos que una condena por asesinato para Derek Chauvin probablemente los pondrá a prueba una vez más, así como a la ciudad.
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La selección del jurado comienza el 8 de marzo con alegatos iniciales el 29 de marzo.
Floyd, quien era de raza negra, murió el 25 de mayo después de que Chauvin, quien es blanco, presionara su rodilla en el cuello de Floyd mientras estaba esposado. Floyd suplicaba al policía, diciendo que no podía respirar. Chauvin enfrenta cargos de homicidio. Otros tres agentes despedidos serán enjuiciados en agosto.
Miles de personas salieron a las calles de Minneapolis después de la muerte de Floyd. Muchos se manifestaron pacíficamente, pero durante varias noches, los disturbios se convirtieron en violencia, con tiendas saqueadas e incendiadas a lo largo de la arteria comercial de Lake Street que incluía la comisaría de policía donde estaban asignados de los agentes que arrestaron a Floyd.
Algunos vecindarios nerviosos formaron grupos de vigilancia, establecieron retenes y, a veces, patrullas armadas. La violencia finalmente disminuyó después de que las tropas de la Guardia Nacional llegaran en número suficiente.
A medida que la ciudad se prepara para hacer que la sede del tribunal sea prácticamente impenetrable, algunas personas se preocupan por lo que podría suceder en otros lugares si se absuelve a Chauvin.
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La farmacia de Elias Usso en Lake Street llevaba menos de un año abierta cuando fue destruida por el fuego y el agua rociada por los bomberos. Él culpa a Chauvin personalmente por lo que considera “el asesinato de un hombre inocente”, así como por la destrucción que siguió, calculada en más de 350 millones de dólares sólo en Minneapolis.
“Un policía hizo eso”, dijo Usso. “Algo tiene que cambiar”.
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