La aprobación por la cámara baja del paquete de 1.9 billones de dólares para aliviar los efectos del COVID-19 y reactivar la economía recibió hoy, sábado, el elogio del presidente Joe Biden.
“No hay tiempo que perder”, dijo Biden en breves declaraciones desde la Casa Blanca. “Si actuamos ya —de manera decisiva, rápida y audaz— podemos finalmente tomar la delantera al virus. Podemos finalmente poner otra vez en marcha nuestra economía. El pueblo de este país ha sufrido demasiado y por demasiado tiempo”.
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El proyecto del presidente para inyectar fondos a individuos, negocios, escuelas, estados y ciudades golpeados por el COVID-19 fue aprobado por 219 contra 212 votos. Con ello el proyecto pasa al Senado, donde los demócratas aparentemente están empeñados en resucitar la cláusula de aumento del salario mínimo y donde podría haber enfrentamientos por la ayuda estatal y otros aspectos.
Los demócratas dijeron que el desempleo masivo y el medio millón de vidas perdidas son causas para actuar a pesar de que se han gastado ya casi 4 billones de dólares en la lucha contra la enfermedad. Los legisladores republicanos, según ellos, están fuera de sintonía con un público que de acuerdo con las encuestas está a favor del paquete.
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“Me siento feliz esta noche”, dijo la representante demócrata de California, Maxine Waters. “Esto es lo que Estados Unidos necesita. Republicanos, ustedes deben ser parte de esto. Pero si no es así, vamos sin ustedes”.
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Los republicanos dijeron que la iniciativa era demasiado costosa y que se gastaría muy poco dinero en educación para reabrir las escuelas de inmediato. El texto está lleno de regalos para el electorado demócrata, como los sindicatos, y deriva recursos a estados demócratas que, según los republicanos, no los necesitarían porque sus presupuestos se habrían recuperado ya.
“A mis colegas que dicen que este proyecto de ley es audaz, yo les digo que es desmesurado”, afirmó el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy de California. “A los que dicen que es urgente, les digo que no está centrado. A los que dicen que es popular, les digo que es totalmente partidista”.
Los demócratas moderados Jared Golden, de Maine, y Kurt Schrader, de Oregon, fueron los dos únicos que no votaron con su partido.
Esa marcada división partidista está convirtiendo la disputa en un enfrentamiento sobre a quién recompensarán los votantes por acumular más gasto federal para combatir el coronavirus y reactivar la economía, luego de los 4 billones de dólares aprobados el año pasado.
La disputa también se perfila como una prueba inicial de la capacidad de Biden para mantener la cohesión entre las frágiles mayorías legislativas de su partido: apenas 10 votos en la cámara baja y un Senado dividido en bancas iguales 50-50.
Al mismo tiempo, los demócratas trataban de averiguar cómo calmar a los progresistas que perdieron su máxima prioridad en un sorprendente revés en el Senado el jueves.
Al mismo tiempo, los demócratas trataban de averiguar cómo calmar a los progresistas que perdieron su principal prioridad en un sorprendente revés en el Senado el jueves.
La representante independiente Elizabeth MacDonough dijo que las normas del Senado obligan a que el aumento del salario mínimo federal se desvincule de la iniciativa sobre el COVID-19, lo que dejó la propuesta en soporte vital. La medida elevaría gradualmente el mínimo a 15 dólares la hora en 2025, el doble de los 7.25 dólares en vigor desde 2009.