Estados Unidos solicitará reintegrarse a partir de 2022 en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a pesar de que la Administración de Joe Biden comparte con la de Donald Trump algunas suspicacias sobre el funcionamiento supuestamente sesgado del organismo internacional.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha tomado este miércoles la palabra ante el Consejo en calidad de país observador para dejar claro que, con Biden en la Casa Blanca, Washington aspira a lograr un acercamiento a organizaciones repudiadas por Trump y que ahora se consideran “importantes”.
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“Estados Unidos va a situar la democracia y los Derechos Humanos en el centro de la política exterior porque es esencial para la paz y la estabilidad”, ha dicho Blinken, durante un discurso en el que ha confirmado que Estados Unidos buscará ocupar una plaza dentro del Consejo para el periodo 2022-2024.
El órgano está compuesto por un total 47 miembros, elegidos en la Asamblea General de la ONU y repartidos en función de las distintas regiones. La composición del órgano se renueva por partes y los países elegidos lo son para un periodo de tres años.
El jefe de la diplomacia norteamericana ha pedido “humildemente” el apoyo del resto de países para lograr esta reincorporación, entendiendo que el Consejo desempeña “un papel fundamental en la protección de libertades fundamentales”, como habría demostrado en su rápida condena al golpe de Estado perpetrado el 1 de febrero en Birmania.
Blinken ha asumido que “las instituciones no son perfectas”, pero ha planteado que precisamente es desde dentro como Estados Unidos puede cambiar una serie de actuaciones que, por ejemplo, ponen un foco “desproporcionado” sobre Israel. Asimismo, también ha abogado por que los estados miembro del Consejo respeten los Derechos Humanos, una crítica recurrente en cada proceso de renovación.
“Estados Unidos no se considera perfecto”, pero Blinken ha subrayado que no puede haber “equivalencia moral” con otros países con “regímenes autoritarios” y que “violan y abusan de los Derechos Humanos con impunidad”. El secretario de Estado ha denunciado precisamente los casos de Venezuela, Nicaragua, Cuba e Irán, al tiempo que ha solicitado la liberación “inmediata e incondicional” del opositor ruso Alexei Navalni y ha denunciado las “atrocidades” cometidas en la región china de Xinjiang.