Los senadores de Estados Unidos acordaron hoy, sábado, omitir el testimonio de testigos y proseguir el juicio político del expresidente Donald Trump, como estaba planeado.
El acuerdo de última hora evitó un juicio prolongado y estableció que momentos más tarde se escucharán los argumentos de cierre de ambas partes.
PUBLICIDAD
Momentos antes, el juicio había caído en la confusión, luego de que los legisladores votaron para considerar la posibilidad de escuchar testigos, un paso que podría haber extendido el procedimiento y retrasado la votación sobre si el expresidente incitó al letal asalto del Capitolio.
Apenas un mes después del asalto que causó cinco muertos, los argumentos finales del histórico proceso al expresidente estaban listos para cuando los senadores se reunieran en una sesión inusual en sábado, todo bajo la supervisión de la Guardia Nacional, que sigue custodiando el edificio emblemático.
La confusión sobre los próximos pasos a seguir hizo que los procedimientos se detuvieran abruptamente. Los senadores se apiñaron en la cámara alta mientras los líderes hablaban con los empleados en el estrado. Los juicios políticos son raros y las reglas se negocian para cada uno desde el principio.
Para el juicio a Trump, el acuerdo decía que si los senadores accedían a escuchar testigos se permitirían votos para escuchar testimonios adicionales, pero no estaba claro si habría apoyo en el Senado, que está dividido en partes iguales en cuanto a la propuesta de llamar a testigos.
La pelea de último minuto sobre los testigos siguió a las revelaciones de una legisladora republicana sobre una acalorada llamada telefónica el día del motín, que según los demócratas demostraba la indiferencia de Trump hacia la violencia.
PUBLICIDAD
La confusión ocurrió luego de que el principal fiscal demócrata, Jamie Raskin, pidió una toma de declaración de la representante republicana Jaime Herrera Beutler, para que ofreciera información fresca. Ella ha compartido ampliamente una conversación que tuvo con el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, sobre las acciones de Trump el 6 de enero mientras la multitud se amotinaba por los resultados de las elecciones presidenciales.
Raskin dijo que era necesario determinar el papel de Trump en la incitación de los disturbios del 6 de enero. Fueron 55 los senadores que votaron a favor de debatir la moción de citación, incluido el senador republicano Lindsey Graham, que cambió su voto en medio del recuento.
El abogado de Trump, Michael van der Veen, se opuso a la petición, diciendo que entonces llamaría a 100 testigos, diciendo que no era necesario.
El anuncio ocurrió cuando se suponía que los senadores estarían a punto de votar sobre si Donald Trump fue responsable de incitar el horrible asalto al Capitolio luego de un rápido juicio político que expuso la violencia y el peligro que corrieron, además de la fragilidad de la tradición de una transición pacífica.
El líder del bloque de senadores republicanos, Mitch McConnell, votará por la absolución de Trump en el juicio político al expresidente, según una fuente allegada a McConnell que no estaba autorizada a hablar públicamente sobre la decisión y que lo hizo bajo la condición de anonimato. La decisión podría influir sobre sus correligionarios de bloque.
Aunque es poco probable que el Senado alcance los dos tercios de votos que necesita para condenar a Trump, varios senadores parecían estar decidiendo aun su voto. McConnell no está presionando a los representantes de su partido y dijo a los senadores que votaran con conciencia.
Muchos republicanos que representan a estados donde Trump sigue siendo popular dudan de si fue totalmente responsable o de si el juicio político era la respuesta adecuada. Los demócratas parecen estar casi unidos para una condena.
Trump es el único presidente que ha pasado dos juicios políticos y es el primer que lo hace luego de dejar la Casa Blanca.
Se espera que el resultado del rápido, crudo y emocional proceso refleje una nación dividida sobre el exmandatario y sobre el futuro de su marca en la política estadounidense.
“Lo importante de este juicio es que está dirigido a Donald Trump hasta cierto punto, está más dirigido a un presidente al que siquiera conocemos dentro de 20 años”, dijo el senador independiente de Maine Angus King, sopesando el sentido de su voto.
El proceso, que duró casi una semana, ha ofrecido una narración sombría y explícita de los disturbios del 6 de enero y de sus consecuencias para el país de una forma en la que los senadores, muchos de los cuales tuvieron que salir huyendo ponerse a salvo ese día, reconocen que siguen enfrentando.
Se espera que Trump sea absuelto en un Senado dividido al 50%, un veredicto que podría tener un importante impacto no sólo en su carrera política si no en la de los senadores que prometieron impartir una justicia imparcial como jurados al emitir su voto.
Los fiscales de la Cámara de Representantes han alegado que el grito de guerra de Trump para ir al Capitolio y “luchar como demonios” por su presidencia mientras el Congreso se reunía para certificar la victoria electoral de Joe Biden formó parte de un patrón orquestado de retórica violenta y denuncias falsas que desataron a la turba. Cinco personas fallecieron, incluyendo una participante en el asalto que fue baleada por un policía.
El viernes, los abogados de la defensa respondieron en una breve intervención de tres horas alegando que las palabras de Trump no buscaban incitar a la violencia y que el juicio político no era más que una “caza de brujas” diseñada para evitar que vuelva a ocupar el cargo.
Sólo al ver los videos —con los asaltantes profiriendo amenazas a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y al entonces vicepresidente Mike Pence, quien presidía el recuento— los senadores dijeron que comenzaron a entender lo peligrosamente cerca que estuvo el país del caos. Cientos de simpatizantes de Trump irrumpieron en el edificio, tomaron el Senado y algunos participaron en peleas sangrientas cuerpo a cuerpo con la policía.