Un fuerte terremoto sacudió el centro de Croacia el martes, causando importantes daños a viviendas y otros edificios en una ciudad al sureste de la capital. Las autoridades dijeron que al menos cinco personas fallecieron y 20 resultaron heridas.
El Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo informó que un terremoto de magnitud 6,3 se sintió a 46 kilómetros (28 millas) al sureste de Zagreb. Los informes iniciales indican que el terremoto causó grandes daños, derrumbando techos, fachadas de edificios e incluso construcciones enteras.
PUBLICIDAD
La misma área fue sacudida por un terremoto de 5,2 el lunes y varias réplicas más pequeñas se sintieron el martes.
La prensa local dijo que una niña de 12 años murió en Petrinja, una ciudad al sureste de la capital que fue la más afectada por el terremoto. Al menos 20 personas fueron hospitalizadas, dos con lesiones graves, dijeron los funcionarios.
“El centro de Petrinja, como solía ser, ya no existe”, dijo la emisora estatal HRT. “Una niña murió y hay heridos y personas dentro de los edificios derrumbados”.
“Mi ciudad ha sido completamente destruida, tenemos niños muertos”, dijo el alcalde de Petrinja, Darinko Dumbovic, en un comunicado transmitido por HRT TV. “Esto es como Hiroshima: la mitad de la ciudad ya no existe”.
“La ciudad ha sido demolida, la ciudad ya no es habitable”, dijo. “Necesitamos ayuda.”
PUBLICIDAD
El primer ministro Andrej Plenkovic y otros ministros llegaron a Petrinja a evaluar los daños.
“La mayor parte del centro de Petrinja está en una zona roja, lo que significa que la mayoría de las construcciones ya no se pueden utilizar”, dijo Plenkovic.
Agregó que el ejército tiene 500 lugares listos en cuarteles para albergar a las personas afectadas, mientras que otros se alojarán en hoteles cercanos y otros lugares.
Más tarde, los funcionarios recorrieron un hospital dañado en la cercana ciudad de Sisak, que también fue gravemente afectada por el terremoto.
Como país mediterráneo, Croacia es propensa a los sismos, pero no a los fuertes. El último terremoto fuerte ocurrió en la década de 1990 cuando la pintoresca aldea de Ston en la costa adriática quedó destruida.