El papa Francisco les dijo el jueves a los líderes de Sudán del Sur y de Líbano que espera visitarlos, pero les pidió que hagan más por la paz y la estabilidad en sus naciones.
El pontífice emitió un par de mensajes navideños, incluyendo una petición de paz a Sudán del Sur que también fue firmada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y por el moderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, reverendo Martin Fair.
PUBLICIDAD
El pontífice desea visitar Sudán del Sur desde hace años, pero no ha podido hacerlo debido a problemas de seguridad. En el 2019, Francisco invitó a los líderes rivales del país al Vaticano para una reunión de Pascuas, sorprendiendo a los presentes cuando se arrodilló y les besó los pies a los líderes en un humilde ruego para que haya paz.
Este mes, expertos de la ONU reportaron que la gestión de paz en el país se ha estancado. El gobierno de coalición formado en febrero no cumplió con los plazos, y el presidente Salva Kiir marginó al líder opositor y ahora primer vicepresidente Riek Machar del proceso de decisiones del gobierno.
Te recomendamos:
En su solicitud conjunta, Francisco, Welby y Fair le recordaron a Kiir y a otros los compromisos que hicieron en el Vaticano en 2019 para implementar un acuerdo de paz.
PUBLICIDAD
“Nos ha alegrado ver el pequeño avance que han logrado, pero sepan que es insuficiente para que su pueblo sienta el efecto pleno de la paz”, escribieron. “Cuando visitemos, queremos ser testigos de una nación cambiada”.
Con respecto a Líbano, Francisco dijo que quería ofrecerles a los fieles allí “palabras de consuelo y aliento” tras un año especialmente difícil, y dijo que esperaba visitarlos “lo más pronto posible”.
“Me preocupa profundamente ver el sufrimiento y la angustia que han drenado la resistencia y la capacidad innatas” de Líbano, dijo. “Es aún más doloroso verles privados de sus preciosas aspiraciones de vivir en paz y de continuar siendo, para nuestro tiempo y nuestro mundo, un mensaje de libertad y un testigo de una coexistencia armoniosa”.
Líbano sufre la peor crisis económica y financiera en su historia moderna, que ha empeorado con la propagación del coronavirus y la explosión masiva en el puerto de Beirut, la cual lo destruyó, provocó más de 200 fallecimientos y generó una destrucción generalizada. El Banco Mundial ha advertido que el país enfrenta “una depresión ardua y prolongada”, y se pronostica que el producto interno bruto caiga casi 20%.