El Centro Médico Regional Corona, al sureste de Los Ángeles, convirtió una antigua sala de emergencias para ayudar a manejar casi el doble de la cantidad habitual de pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos. Erigió dos carpas para desastres a fin de utilizarlas para clasificar a los pacientes de la sala de emergencias porque ya está llena de enfermos que necesitan ingresar al hospital.
Las ambulancias con pacientes pueden permanecer estacionadas frente al hospital durante dos horas, a menos que traigan enfermos con emergencias críticas de vida o muerte.
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“Ya no hay lugar”, dijo el director ejecutivo del hospital, Mark Uffer. “Literalmente, se están utilizando todos los rincones del hospital”.
Es una escena que se desarrolla en toda California. Según los datos ofrecidos el viernes por las autoridades estatales, todo el sur de California y los 12 condados del Valle de San Joaquín al norte habían agotado su capacidad habitual en sus UCI y algunos hospitales han comenzado a utilizar el espacio habilitado para una “oleada”.
Los hospitales de todo el estado luchan por encontrar camas para albergar pacientes en medio del temor de que la creciente tasa de infección por coronavirus agote los recursos y a los trabajadores de la salud.
Hasta el viernes, había casi 17.000 personas hospitalizadas, infectadas con el virus que causa el COVID-19 o con sospecha de tenerlo, más del doble del pico anterior alcanzado en julio. Una proyección estatal que usa datos actuales para pronosticar tendencias futuras muestra que el número podría llegar a 75.000 a mediados de enero.
Más de 3.500 pacientes sospechosos o confirmados de tener COVID-19 estaban en unidades de cuidados intensivos.
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Algunas áreas de California están “justo a punto de ser rebasadas”, advirtió el doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, al hablar durante un evento organizado por la Universidad de California.
En el condado de Fresno en el centro de California, uno de los más afectados, se inauguró el viernes un nuevo centro de atención alternativa con 50 camas cerca del Centro Médico Regional de la comunidad. Las camas para pacientes que no tienen COVID-19 liberarán espacio en los hospitales del área, donde apenas 13 de las 150 camas de la UCI estaban disponibles el viernes, dijo Dan Lynch, director de servicios médicos de emergencia del condado.
Lynch dijo esperar que dada la demanda actual, es posible que se tenga que usar el Centro de Convenciones de Fresno, que puede acomodar hasta 250 pacientes.
Fresno y tres condados vecinos también han dado el paso sin precedentes de enviar paramédicos para evaluar a personas posiblemente infectadas. No los llevarán a la sala de emergencias si pueden ir a un centro de atención de urgencia o esperar unos días para hablar con médicos, dijo Lynch.
Algunos hospitales han tenido que cancelar cirugías electivas no esenciales, como reemplazos de cadera, que podrían requerir camas que pronto serán necesarias para los pacientes con COVID-19. Otros están aumentando las horas del personal o trasladando a los pacientes para liberar espacio.
El estallido en la demanda también está agotando a los trabajadores médicos.
“Todavía tenemos camas físicas disponibles, pero necesitamos personal para atender a los pacientes. No hace mucho bien estar sentado en una cama sin que nadie lo atienda”, dijo la doctora Amy Herold, jefa médica oficial del Centro Médico Queen of the Valley en Napa, en declaraciones al diario San Francisco Chronicle. “La gente trabaja horas extra una y otra vez y está exhausta, y las cosas están empeorando”.
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