El Congreso aprobó ayer, viernes, un proyecto de ley provisional de gastos por dos días, evitando un cierre parcial del gobierno y ganando tiempo en las lentas negociaciones sobre un paquete de ayuda por casi un billón de dólares para hacer frente a las consecuencias del coronavirus.
Las conversaciones para definir la ayuda por la pandemia siguen avanzando, señalaron ambas partes, pero se dificulta alcanzar soluciones negociadas sobre los últimos desacuerdos. Las sesiones continuarán el fin de semana, y los líderes de la Cámara de Representantes esperan que el domingo pueda someterse a votación el enorme paquete, el cual agrupa muchos de los asuntos inconclusos del Capitolio en 2020.
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La cámara baja aprobó el proyecto por 320 votos a favor y 60 en contra. El Senado lo aprobó en votación oral casi inmediatamente después, y el presidente Donald Trump lo firmó el viernes por la noche.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que ambas partes mantienen la intención de concretar un acuerdo, incluso luego de que los demócratas lanzaron una campaña concertada para bloquear un intento de los republicanos por frenar los poderes crediticios de emergencia de la Reserva Federal. Dijeron que la propuesta republicana privaría al presidente electo Joe Biden de herramientas cruciales para administrar la economía.
Las negociaciones se alargaron el viernes en la noche, pero parecía improbable que se llegara a un acuerdo antes del sábado, dijeron legisladores y sus asesores.
El paquete de ayuda por 900.000 millones de dólares está por concretarse en un momento en que la pandemia se ha agudizado terriblemente, con más de 3.000 muertos diarios y los hospitales abrumados de trabajo. Aunque ya comenzó la campaña de inoculación, la mayor parte de las personas no tendrán acceso a las vacunas durante meses. Las solicitudes de apoyo por desempleo están aumentando.
Con el paquete se proporcionarían más de 300.000 millones de dólares a empresas, al igual que una prestación federal adicional por desempleo de 300 dólares semanales y la renovación de las prestaciones estatales, que de otra forma expirarían justo después de la Navidad. Incluye también pagos directos de 600 dólares a individuos, fondos para la distribución de vacunas, y dinero para los inquilinos, las escuelas, el Servicio Postal y la gente que requiere ayuda alimentaria.
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Los demócratas se opusieron el viernes a un obstáculo clave: una disposición del senador republicano Pat Toomey que cancelaría más de 400.000 millones de dólares en potenciales poderes crediticios de la Fed establecidos en marzo bajo un proyecto de ley de ayuda. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, cerrará los programas a fines de diciembre, pero el lenguaje de Toomey va más allá, porque pide prohibir que el banco central reinicie los préstamos el próximo año. Los demócratas dicen que la disposición atará las manos de Biden y pondrá en riesgo la economía.
“En un momento en que navegamos por una crisis económica sin precedentes, es en el interés del pueblo estadounidense mantener la capacidad de la Fed de responder con rapidez y fuerza”, dijo Brian Deese, asesor económico de Biden. “Socavar esa autoridad podría significar menos préstamos para las empresas de la gente promedio, más desempleo y mayor dolor económico en todo el país”.
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