Locales

Se pagó extra por el escrutinio electrónico, pero falló en casi todas partes el día de las elecciones

El CPI supo que no hay, a esta fecha, un récord completo de cuántas máquinas tuvieron problemas ni se puede identificar en qué casos se debió a la falta de mantenimiento, porque la CEE no tiene un procedimiento formal, ágil y centralizado para recopilar esta información.

ELECCIONES 2020. ESCUELA ABRAHAM LINCOLN, VIEJO SAN JUAN. FOTO DENNIS A. JONES METRO PR 3 DE NOVIEMBRE DE 2020 (DENNIS A. JONES)

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Desde el CPI

Máquinas que no reconocían la llave electrónica para iniciar el proceso en los colegios de votación, otras que no leían o en las que se atascaban las papeletas, algunas que se apagaban en medio del proceso de votación, muchas que no pudieron transmitir los resultados. En otros colegios, se dañaron las tarjetas de memoria durante el proceso de votación o simplemente nunca funcionaron. Este fue el tipo de falla que se repitió en casi todos los colegios durante el proceso eleccionario del 2020, según constató el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) con más de 20 fuentes.

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Al solicitar a la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) un registro de las fallas de los equipos reportadas en los colegios, la agencia no dio la información. El CPI supo que no hay, a esta fecha, un récord completo de cuántas máquinas tuvieron problemas ni se puede identificar en qué casos se debió a la falta de mantenimiento, porque la CEE no tiene un procedimiento formal, ágil y centralizado para recopilar esta información.

La agencia tiene un acta de incidencias del Centro de Mando en la CEE donde se hacen constar las llamadas recibidas para reportar problemas. Pero en muchas instancias, los funcionarios resolvían los problemas directamente en los colegios sin reportarlos al Centro de Mando. Esos casos, según las fuentes y los comisionados entrevistados, no se llegan a contabilizar. Los problemas solo se podrían verificar y cuantificar luego de terminado el escrutinio, haciendo una revisión de todas las actas, por cada maletín de colegio.

Los problemas con las máquinas en este caso fueron mucho más frecuentes que en las elecciones de 2016, cuando por primera vez se instauró el escrutinio electrónico en Puerto Rico, coincidieron todas las fuentes entrevistadas.

Máquinas sin mantenimiento, y no se anticiparon las consecuencias

Las 6,075 máquinas de escrutinio electrónico adquiridas mediante un contrato de arrendamiento por la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) a un costo de $38.2 millones a la empresa Dominion Voting Systems en el 2015, no recibieron el mantenimiento requerido, lo que provocó que una gran cantidad de estas no funcionaran adecuadamente durante la elección general, aseguraron al CPI más de una decena de funcionarios y exfuncionarios de ese organismo.

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El problema tuvo su origen en parte en una millonaria deuda que tenía la CEE con Dominion. Además, el equipo apenas pasó por una revisión básica del personal de la CEE de cara a los comicios del 2020.

En los anejos B y C del contrato firmado en 2015 y que está vigente hasta el 2024, dice que entre los pagos anuales que debe efectuar la CEE a Dominion se encuentra una partida de $2.6 millones anuales para “preparación para las elecciones”, y a partir de 1ro de julio de 2019 hasta el 2024, una partida adicional de $578,208 por el mantenimiento en garantía que debería ofrecer la empresa a las máquinas. El documento aclara que la empresa no está obligada a reparar o dar mantenimiento en caso de daños al equipo provocados por negligencia o mal uso.

De acuerdo con personal que trabajó durante el escrutinio electrónico luego de las elecciones de 2016, el equipo debía quedar bajo la custodia de Dominion. No obstante, luego de el entonces gobernador, Ricardo Rosselló, determinó que se usarían para el plebiscito de junio de 2017, las máquinas fueron almacenadas sin las condiciones adecuadas en el edificio de Operaciones Electorales de la CEE que, según confirmaron la entonces primera vicepresidenta de la CEE, María D. ‘Lolín’ Santiago, así como el entonces comisionado electoral alterno del PIP, Adrián González, fue severamente afectado por el huracán María y no tuvo acondicionador de aire hasta el año pasado. Allí permanecieron casi dos años y nadie hizo nada.

Problemas con las máquinas, aunque no de la misma magnitud, habían sido reportados durante las primarias en agosto pasado en Guaynabo y en las primarias presidenciales demócratas efectuadas en julio.

Las dificultades con los equipos constan también en los hallazgos del informe del Cuerpo de Observadores Electorales del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR). En el documento se consigna, por ejemplo, que algunas máquinas, en lugar de llegar en cero, llegaron a los colegios con votos registrados en el sistema, lo que ocurrió en el Precinto 1 de San Juan (Unidad 2, Colegio 2) de la Escuela Ramón Vila Mayo.

“En prácticamente todos los colegios hubo algún tipo de problema con las máquinas de escrutinio electrónico. En diversas ocasiones se observó que las papeletas se atoraban en la ranura de salida a la urna, se apagaban sin motivo o simplemente se dañaban sin que pudieran ser reparadas o reemplazadas, causando demoras”, indica el informe del CAAPR.

Según una funcionaria, hubo unidades en las que las máquinas, a la hora de leer “se fueron en blanco” y no procesaban papeletas. “No se apagó, pero no leía. Esto pasó en la Unidad 4, Colegio 2 de Cidra, a eso de las 3pm del día del evento”, narró al CPI la funcionaria de colegio.

Según el comisionado electoral local del PIP en el Precinto 3 de San Juan, José Torres, en la Unidad 20 de este precinto ubicado en la Escuela Carmen Gómez Tejera, aunque se sustituyeron las máquinas, estas continuaron enfrentando problemas, por lo que hay papeletas que no se adjudicaron la noche del evento pues no fueron leídas por las máquinas. En el acta, según Torres, se hace constar que por el problema de las máquinas, los funcionarios de un colegio en la unidad 28 echaron las papeletas en la máquina de otro colegio (5 y 6), incluyendo las papeletas añadidas a mano, contaminando de esta forma el Colegio Electoral, ya que no se tiene certeza de qué papeleta corresponde a un elector que a lo mejor no tenía derecho al voto, por lo que le corresponderá a la Comisión determinar si las validan o si las invalidan todas. Según Torres, los contratiempos con las máquinas fueron consignados en las actas de ambos Colegios y en el de la Junta de la Unidad 20 del Precinto 3. Los comisionados locales del Precinto 3 fueron notificados sobre lo ocurrido. “Al parecer los funcionarios de esos colegios no sabían que no podían mezclar las papeletas de colegios distintos”, sostuvo.

Según el informe del centro de mando de la CEE, el día de las elecciones se recibieron 398 llamadas telefónicas de los oficiales de inscripción, funcionarios de colegio, de la Junta de Unidad y de presidentes de las comisiones locales con preguntas sobre procedimientos y quejas de máquinas que presentaron problemas técnicos. El documento dice que estos pudieron ser resueltos por el personal del área de llamadas. Además, se reportaron situaciones con las claves de los oficiales de inscripción al tratar de acceder al Sistema de Recibo y Divulgación de Resultados (REYDI), casos en que la llave electrónica para abrir la máquina no funcionó, se reportó una máquina que tenía programada la hora incorrecta, funcionarios de colegio que cerraron la elección sin haber culminado el proceso de pasar todas las papeletas que se encontraban en la urna de emergencia, y falta de materiales en los maletines electorales.

También se documentó el reemplazo de 48 máquinas de escrutinio electrónico el día del evento electoral. “Es importante señalar que estas fueron las reemplazadas y autorizadas. No obstante, no consta cuantas y cuales fueron reemplazadas por las Comisiones Locales sin la debida autorización”, lee el documento suscrito por Brunilda Narváez Meléndez, supervisora del Centro de Llamadas de la CEE.

“Incluso, si un colegio llegara a reportar la existencia de una avería, el procedimiento es que lo reporta a la junta de unidad, que son los coordinadores de esa escuela, que son los primeros que intervienen para intentar resolver el asunto”, es decir, esas incidencias que van a la Junta de Unidad local no llegan al Centro de Mando, explicó el director de la Oficina de Sistemas de Información y Procesamiento Electrónico (OSIPE) de la CEE, Eduardo Nieves Cartagena.

“La cantidad de quejas que nos ha llegado sobre el mal funcionamiento de las máquinas es increíble, por lo que solicitaremos una auditoría del manejo de la CEE de estas máquinas y qué proceso de mantenimiento se le dio, si alguno”, dijo por su parte al CPI el comisionado electoral del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Olvin Valentín.

La CEE no ha dado los datos sobre cuántas máquinas reportaron problemas desde el evento primarista, denunció el comisionado electoral del Partido Independentista Puertorriqueño, Roberto Iván Aponte. Este indicó que lleva meses esperando un informe oficial de las máquinas tras las múltiples quejas de los funcionarios en esa ocasión.

Esta vez, solo se contrató a Claro, y falló en muchos lugares

Muchos colegios no pudieron transmitir los resultados al final de la jornada por un problema de conectividad, confirmaron al CPI más de una decena de funcionarios, coordinadores y comisionados electorales locales consultados. En algunos casos eran las máquinas las que fallaban al momento de cerrar el evento para que se hiciera el cuadre e informe final y en otros casos fallaba el módem asignado para la transmisión electrónica de los resultados a la base de datos de la CEE.

“Hubo muchos problemas de transmisión de los resultados desde los colegios. Contrario a la elección pasada, en la que los fallos eran excepciones, en esta elección las máquinas fallaron mucho”, dijo José Torres, comisionado electoral local del PIP en el Precinto 3 de San Juan.

Este año la CEE contrató solo a la empresa de telecomunicaciones Claro, contrario a las pasadas elecciones, cuando se utilizaron dos compañías, Claro y AT&T, para tener mayor y mejor cobertura, confirmó la agencia a preguntas del CPI. En esta ocasión tampoco se hizo un simulacro electoral en los colegios para probar que hubiera cobertura para transmitir los resultados, como ocurrió en 2016. La CEE aprobó que el simulacro solo se hiciera en las JIP.

La CEE confirmó al CPI que existe una lista de los colegios que transmitieron por el módem (desde el colegio) y los que transmitieron por el Sistema de Transmisión de Resultados alterno (RTM, en inglés) que se hace desde las JIP, pero la agencia no ha provisto esa lista a pesar de reiteradas peticiones.

“Dicho sea de paso, no sabemos cuál de los salones es el que utiliza finalmente la junta de colegio o el día del evento, por lo cual es una prueba que solamente llena el ego de aquellos que entienden que eso es suficiente. Nosotros, que trabajamos en sistemas de informática, sabemos que eso es un falso positivo, porque no hay garantía de transmisión ni con la nube de cobertura, ni con pruebas haciéndose en el lugar, porque las condiciones inherentes al día del evento no necesariamente son las mismas que el día que fui e hice la prueba”, alegó el director de la OSIPE. El funcionario justificó la decisión de solo contratar a Claro ya que era sustancialmente más barato y con mayor cobertura de la que tenía en el 2016 debido a las mejoras realizadas en su red luego del huracán María.

El director de OSIPE sostuvo que además de las fallas técnicas pudo haber otros factores que provocaron que funcionarios de colegio no transmitieran sus resultados desde allí y decidieran acudir a la JIP, como por ejemplo que durante la votación en muchos colegios, para agilizar las filas, optaron por echar las papeletas en la urna de emergencia, lo que los obligó a que los funcionarios, luego de cerrar el colegio a las 5pm, tuvieran que echar ellos las papeletas para que fueran leídas por las máquinas, proceso que tomó, en algunos casos, hasta la madrugada.

“Nosotros no tenemos maneras de saber si tuviste problemas de transmisión desde el colegio, porque hiciste un intento, pero en San Juan no nos enteramos”, añadió Nieves Cartagena tras señalar que con el registro de cada máquina la CEE podría verificar si hubo algún intento de transmisión, pero no se sabría desde donde se hizo dicho intento porque las máquinas no tienen sistema de GPS.

Además de los colegios que tuvieron que transmitir desde su JIP, otros 109 colegios no transmitieron resultados la noche de las elecciones por lo que fueron enviados a contar en Operaciones Electorales. Sus resultados fueron transmitidos el 5 de noviembre. Entre estos figuran los cinco colegios para los cuales no aparecían las tarjetas de memoria.

Tarjetas perdidas

Los funcionarios en el Coliseo Roberto Clemente no hallaron las tarjetas de memoria de las máquinas de cinco colegios en el sobre #8 del maletín de la comisión local, ni en el de la unidad ni en el del colegio concernido, por lo que esperarán al escrutinio para saber si están en algún otro maletín de la unidad correspondiente, dijo el director de OSIPE. Aunque se ha reportado que se han extraviado, Nieves Cartagena sostiene que no es correcto ese término ya que es “muy probable” que los funcionarios del colegio la hayan colocado por error en el maletín de otro colegio. Los cinco colegios donde no aparecieron las tarjetas pertenecen a los precintos San Juan 2, Guaynabo 7, Ponce 61, Luquillo 100 y Río Grande 102.

“¿Por qué no aparecen esas tarjetas? Operaciones Electorales va al maletín de la Comisión, luego va al maletín de la Junta de Unidad, porque puede ser que esté ahí, y luego va al maletín del colegio. ¿No la encontré en los tres maletines? ¿Se perdió? No. ¿Y tú sabes a lo mejor dónde está la tarjeta? En un maletín de otro colegio de la misma unidad”, explicó Nieves Cartagena tras puntualizar que cuando se abren todos los maletines de la unidad en el escrutinio, las tarjetas aparecen.

Las máquinas de escrutinio electrónico tienen dos tarjetas: una que se saca al final de la votación y transmisión de resultados y otra de respaldo que se debe quedar siempre en la máquina, según confirmaron múltiples fuentes al CPI incluyendo la expresidenta de la CEE, Liza García.

“No tiene sentido que se pierdan las tarjetas”, indicaron varias fuentes tras confirmar que las máquinas de escrutinio electrónico vienen equipadas con dos tarjetas.

Además, existen protocolos para manejar las tarjetas y actas de cada colegio con balance electoral. Según una fuente que trabajó en el   escrutinio electrónico, en las elecciones de 2016 se tomaron todas las previsiones para la validación de los datos electrónicos con las papeletas marcadas.

“Sobre los maletines, no me como el cuento que de momento aparecen. Normalmente se contabilizaba todo y se ponían en bóvedas, donde cada partido tiene un candado con llave y no se pueden abrir sin todos los comisionados”, añadió la fuente, en referencia a los maletines que semanas después de las elecciones han aparecido en el Coliseo Roberto Clemente y en edificio de Operaciones Electorales de la CEE.

El contrato extra de Dominion fue para reparar corrosión en miles de máquina

Las máquinas, almacenadas en el edificio de Operaciones Electorales de la CEE, se oxidaron en parte por los daños que sufrió ese edificio por el huracán María, aseguraron cinco fuentes que coinciden en que las máquinas estaban “abandonadas”. “Súmale el tiempo que estuvieron sin acondicionador de aire tras el huracán. Esas máquinas y sus baterías requieren estar en temperaturas por debajo de los 20℃ y deben recibir mantenimiento y recargarse periódicamente para maximizar su capacidad de funcionamiento”, sostuvo una de las fuentes.

“No recibieron mantenimiento. Por las situaciones de María, el almacenamiento fue bien pobre, se oxidaron y se dañaron un montón”, confirmó al CPI el ex comisionado electoral del PPD, Lind O. Merle. Aunque existe un seguro por daños ocasionados por el huracán, la CEE no podía reclamar por los daños a las máquinas ya que estas no son propiedad del Gobierno, aclaró el director de OSIPE.

En febrero de este año, la Oficina del Contralor emitió un informe de auditoría que determinó que la CEE no había dado el mantenimiento preventivo a las baterías, en el 50% de las 6,075 máquinas de escrutinio electrónico Optical Scanning System (OpScan), según requerido por el manual de mantenimiento. El informe advierte que esta situación podía ocasionar que Dominion no brindara los servicios contratados y que eso pudiera afectar el escrutinio electrónico en los eventos electorales de este año.

“En particular, entre mayo y agosto de 2018, se planificó y realizó un ejercicio de mantenimiento preventivo en dos fases cuyo resultado fue que 618 máquinas no encendieron y no cumplieron con la primera fase que es cargar las baterías. La segunda fase, en mayo de 2019, se encontraba en el proceso de realizar y consistía en verificar el proceso de escanear las papeletas y que funcionaran correctamente”, lee el informe de auditoría que cubre el periodo del 1ro de enero de 2015 al 1ro de febrero de 2019 y en el que se hace referencia a la deuda de la CEE con Dominion.

En el 2018 personal de Dominion vino a Puerto Rico para dar mantenimiento al equipo, pero regresó a Estados Unidos sin ofrecer el servicio tras conocer que la CEE no pagaría los $5.2 millones que le adeudaba. En septiembre de 2019, el entonces presidente de la CEE, Juan E. Dávila, dio a conocer que abonaba $3.1 millones a la deuda, lo que según el funcionario permitiría “continuar con las gestiones para proceder con el mantenimiento preventivo que requiere el equipo”. Ya la CEE había emitido un primer pago en enero de 2019 por $2.6 millones. La deuda de otros $2.6 millones correspondientes al año fiscal 2017-2018 fue saldada a principios de este año.

Luego de hacer los pagos del dinero adeudado, personal de Dominion vino a Puerto Rico para iniciar las labores de mantenimiento en marzo de este año, pero detuvieron los trabajos debido al cierre decretado por el Gobierno en marzo por la pandemia. El 24 de mayo retomaron las labores. Luego de reiniciar sus labores e inspeccionar las máquinas, el 1ro de junio del 2020 la CEE tuvo que hacer otro contrato con Dominion para que reparara miles de máquinas y reemplazara baterías dañadas a un costo de casi un millón de dólares adicionales. El CPI revisó el contrato que fue enmendado el 19 de junio de 2020 por la CEE en el que pactaba con Dominion para trabajos de “mantenimiento correctivo” por corrosión en la parte frontal de 2,000 máquinas, trabajos de reparación general en otras 500 y la adquisición y reemplazo de 4,500 baterías dañadas, lo que confirma el pésimo estado del equipo. Este contrato estipula que los trabajos que realizaría Dominion, incluyendo la asistencia el día de las elecciones, no son parte de la garantía.

El CPI encontró que además del nuevo contrato por reparación y los pagos que tendrá que hacer la CEE hasta el 2024 por el contrato original de alquiler de la máquinas por $32,288,219.55, la CEE ha pagado otros $777,305 a la empresa por la compra de urnas para las elecciones de 2016 y por programación y servicios de asistencia técnica en el plebiscito y elección especial del PNP en la alcaldía de Guaynabo en 2017 y las primarias presidenciales demócratas en julio pasado, según consta en el Registro de Contratos de la Oficina del Contralor.

Más que mantenimiento, el contrato firmado en junio de este año revela que se tuvo que pagar dinero adicional a la empresa para realizar labores de reparación general en las 6,075 máquinas. La directora de la Oficina de Prensa y Comunicaciones de la CEE, Grisselle López aseguró al CPI que ese pago fue efectuado a la empresa.

“La realidad del caso es que quien tenía la debida custodia a ese equipo era la Comisión. La alegación que hace Dominion es que ustedes no cuidaron el equipo como debió haber sido porque hubo unas fallas en el almacenaje de esas máquinas por las condiciones del desastre y demás”, sostuvo por su parte el director de OSIPE.

¿Qué pasó con las máquinas?

La instrucción de que las máquinas fueran guardadas en la CEE en lugar de enviarse a Dominion en 2016 fue comunicada por el personal de La Fortaleza a la entonces presidenta de la CEE, Liza García, en las primeras semanas de administración de Rosselló Nevares, según explicó al CPI la exfuncionaria. El proyecto de ley que viabilizaba la consulta de estatus radicado el 2 de enero de 2017 ordenaba a la CEE a iniciar los preparativos utilizando el sistema de escrutinio electrónico.

“Cuando la Junta de Subastas comunicó al pleno de la CEE la negociación acordada, explicaron claramente que Dominion, como dueño todavía de las máquinas, quería asegurar el equipo bajo su custodia”, explicó García. Sostuvo que el procedimiento para iniciar en marzo de 2017 el traslado de las máquinas consta en una comunicación electrónica con el gerente de proyecto de Dominion, Alex Soto en diciembre de 2016. El proceso de dar mantenimiento e inspección del equipo para su traslado se detuvo.

El escrutinio y certificación final de los resultados del plebiscito de 2017 culminó el 25 de julio. Las máquinas se continuaron utilizando para el proceso de auditoría de ese evento en agosto y además se utilizaron durante la elección especial del PNP en Guaynabo efectuada el 5 de agosto de ese año tras la renuncia de Héctor O’Neill. En eso pasó el huracán Irma el 6 de septiembre y posteriormente María, el 20 de ese mes, sin que se tomara alguna decisión sobre el futuro de las máquinas. García culminó su término como presidenta de la CEE el 31 de julio de ese año, periodo que fue seguido de una crisis de gobernanza en la CEE que no contó con un presidente en propiedad hasta enero de 2018 cuando fue nombrado a esa posición el hoy convicto exjuez Rafael Ramos Sáenz y que en menos de un mes se vio obligado a renunciar por su participación en el chat político de WhatsApp. Esa crisis de gobernanza concluyó con el nombramiento del juez Juan E. Dávila el 4 de septiembre de 2018, quien en sus dos años en la posición, antes de salir en medio de señalamientos de ineficiencia, no atendió el problema del almacenamiento y mantenimiento de las máquinas.

Al cierre de esta edición, Dávila no había respondido una solicitud de entrevista del CPI sobre lo ocurrido bajo su presidencia.

“Allí (en Operaciones Electorales)se habilitaron duchas para estos funcionarios y se utilizó todo el espacio junto al Coliseo de Puerto Rico, como centro de acopio de la ayuda que llegaba a Puerto Rico. Estaba en control absoluto de La Fortaleza y ni los empleados de la CEE teníamos acceso al edificio”, explicó González. La entonces primera dama, Beatriz Rosselló, había encomendado liderar la tarea a la entonces comisionada electoral del PNP, Norma Burgos.

La Guardia Nacional abandonó en mayo de 2018 los predios del edificio de Operaciones Electorales y entonces personal de la CEE pudo tener acceso nuevamente al área, encontrando plagas de ratas en las inmediaciones debido a que se habían dañado algunos suministros, coincidieron ambos exfuncionarios.

“Nunca encontramos constancia escrita de una obligación de Dominion de llevarse las máquinas, a pesar de que funcionarios de la CEE, como la entonces presidenta, Liza García estaban bajo la impresión de que sí existía tal compromiso. La situación se complicó con el huracán, y el deterioro de las condiciones en que estaban almacenadas las máquinas. Esto coincidió con los recortes presupuestarios que impidieron cumplir con el itinerario de pagos que se había pactado con Dominion. Ante la falta de pago, la compañía retrasó el mantenimiento”, sostuvo María de Lourdes Santiago quien fungía en ese momento como comisionada electoral del PIP.

Puerto Rico pagó más por máquinas de escrutinio obsoletas según especialista

Para el Dr. Jorge Tirado Ospina, especialista internacional en tecnología y sistemas de información electoral, el problema de las máquinas de escrutinio en Puerto Rico no es el equipo sino la pésima manera en que la CEE las ha manejado desde su adquisición. Sostuvo que, aparte de la posible falta de adiestramiento al personal de la CEE, los problemas ocurridos apuntan más bien a actos de negligencia.

“Suena como que sí hay negligencia crasa en la forma en que se están llevando a cabo nuestras elecciones. [Las máquinas] no se han manejado bien desde que se compraron (lease) porque se guardan, se dañan y no se reemplazan”, indicó el experto que ha trabajado en más de 120 elecciones en 28 países.

En Rusia, por ejemplo, aseguró que a pesar de la extensión territorial que conlleva distintas horas de votación y teniendo un sistema electoral mixto (manual y voto electrónico) se logró conocer los resultados a las cuatro horas de culminar la votación.

De acuerdo con Tirado, Puerto Rico pagó a sobreprecio unas máquinas que son remanufacturadas, viejas y que solo pueden leer papeletas en un papel especial que es también muy caro. Planteó que el mismo año en que Puerto Rico pagó $38.2 millones, Virginia pagó $20 millones por la misma cantidad de máquinas, el mismo modelo y pagó $5 millones por el servicio de mantenimiento de la empresa Dominion. Aseguró que por el mismo dinero pagado por estas máquinas, la CEE hubiera podido adquirir el doble de máquinas de votación regulares.

“Encontré que ellos estaban ofreciendo las máquinas en $25 millones más el servicio (de mantenimiento que sumaba) $30 millones, pero los otros $8 millones que lo ponían como servicio no fue posible identificar de dónde salían esos $8 millones en el contrato. Por lo tanto, hemos pagado las máquinas de votación más costosas en todo EE. UU.”, sostuvo tras haber hecho una evaluación del contrato entre la CEE y Dominion.

El protocolo para transmitir los resultados de las máquinas

El problema a la hora de transmitir los resultados fue generalizado. Los funcionarios no se percataban del problema de transmisión hasta que cerraban la votación al final del día y hacían el intento de transmitir. El proceso de la CEE no cuenta con un mecanismo para que el día de la votación se puedan hacer pruebas de transmisión de las máquinas antes de iniciar la jornada.

El protocolo para el uso de la máquina indica que los coordinadores electorales de cada unidad electoral buscan los maletines con el material en la mañana y lo llevan a los colegios. Al encender la máquina, se valida que se encuentre en cero para poder iniciar el proceso de votación. Al terminar la jornada, se pulsa un botón para “terminar la votación” y la máquina procede a contar todas las papeletas y emite unos recibos para cada uno de los funcionarios.

Si se diera el caso que no se puedan transmitir los resultados desde el colegio, se saca una de las dos tarjetas que tiene la máquina, se abre el “sobre #8” para depositar la tarjeta de la máquina y las actas, y se sella. Posteriormente, se sellan los maletines de las papeletas y la máquina y se transporta a la JIP para que, en balance electoral y con la presencia del juez electoral, se abra el sello, se coloque la tarjeta en una computadora para que desde allí se transmitan los resultados a la CEE mediante el sistema “Results Transfer Manager” (RTM).

“Eso es lo que establece el protocolo. Usted trata tres veces de transmitir en su colegio con la máquina a través del módem, que en este caso todos eran de Claro. Si a la tercera vez no se logra, el protocolo es que se guarda todo y se lleva a la JIP para que los oficiales de inscripción con los comisionados y el juez de la comisión local hagan la transmisión vía RTM que es el mecanismo alterno de transmisión”, explicó al CPI la expresidenta de la CEE, García.

En el caso del Precinto 3 de San Juan, no se pudo transmitir desde su JIP los resultados de los colegios que tuvieron problemas ya que no contaba con la infraestructura necesaria. Según explicó el comisionado electoral local del PIP, Torres, en este precinto hubo muchos colegios que no pudieron transmitir y tampoco lo pudieron hacer desde la JIP porque para estas elecciones, la CEE rentó un salón de una escuela privada que no tenía ni computadoras ni internet para transmitir. Torres recordó que en San Juan como en muchos otros municipios, los recortes presupuestarios en la CEE provocaron el cierre de algunas las Juntas de Inscripción Permanentes para ser consolidadas. En el caso de San Juan, de nueve Juntas de Inscripción Permanentes solo hay una ubicada en el edificio central de la CEE en Hato Rey que además funciona como JIP a nivel isla. Las 110 JIP que tenía la CEE se han reducido a 78, y de esas 74 están abiertas, anunció en verano la agencia.

Además de la tarjeta, la programación de todas las máquinas incluye que se escanean todas las papeletas. Según García, en el 2016 este mecanismo se utilizó como un sistema de auditoría para asegurar que el número final que dio el escrutinio electrónico coincidiera con los votos emitidos por los electores.

“Así se pudo hacer el informe de auditoría que se pidió en las elecciones de 2016 para asegurar que la máquina adjudicara los votos igual a lo que se podía ver en las papeletas”, sostuvo la expresidenta de la CEE.

De acuerdo con García, si una máquina no lee la papeleta, se supone que se deposite en una urna de cartón, para contabilizarlas a mano y consignarlo en el acta del colegio la noche del evento.

Al cierre de esta edición, la CEE no ha provisto al CPI los colegios en los que no se han contabilizado las papeletas que las máquinas no leyeron y que serán adjudicadas durante el escrutinio general.

¿Qué faltó por contar en el evento y se atiende en el escrutinio?

Faltaban por contar los votos añadidos a mano de hospital, los votos añadidos a mano del evento, las papeletas que no contó la máquina y cuyas actas no pudieron ser reconciliadas en esos 106 precintos de la Unidad 77 del Colegio 3 de voto adelantado, cerca de dos mil votos de confinados añadidos a mano y el voto ausente y voto por correo que llegó con el matasellos del 3 de noviembre. El director de OSIPE confirmó al CPI que de esa unidad solo cuadraron las actas y se reportaron los votos al cierre del evento en los precintos 3 de San Juan, Aguadilla 35, en Culebra y en Patillas.

Las papeletas de voto adelantado por correo, ausente y domicilio se comenzaron a contar el 26 de octubre. Para evitar que los funcionarios vieran las papeletas y se filtraran resultados o tendencias previo al día de las elecciones, la instrucción fue que se pasaran boca abajo. Según el director de OSIPE, muchas papeletas fueron rechazadas porque la máquina pudo haber detectado una marca de menos, marcas en exceso o que la papeleta estuviera en blanco y el funcionario estaba impedido de voltear la papeleta e interactuar con la máquina. Explicó que si la máquina devolvía papeletas se sacaba a parte para conteo manual. Estimó que podrían haber cerca de 200,000 papeletas que se tenían que contar de forma manual.

“Esas papeletas de conteo manual que se sacaron a parte para empezar a ser contadas de forma manual el 3 de noviembre pertenecen al Colegio 3 de la Unidad 77 de cada precinto. No en todos los precintos se terminó de contarlos. Ninguno de los precintos se reportó en el sistema. El sábado todavía no se había terminado el proceso de conteo manual. Ahí se decide grabar en cero ese colegio 3 y atender ese asunto en el escrutinio general”, indicó Nieves Cartagena.

Además, de los cinco colegios en los que no se encontró la tarjeta en los maletines, falta por adjudicar los colegios donde se colocaron papeletas en la urna de emergencia y al finalizar la jornada el día de las elecciones los funcionarios no las echaron manualmente a la máquina para que esa noche fueran contadas electrónicamente. Al cierre de esta edición, la CEE no ha provisto al CPI los colegios en los que no se han contabilizado las papeletas que las máquinas no leyeron y que serán adjudicadas durante el escrutinio general porque ese dato se desconoce, sostuvo el director de OSIPE.

 

“Hay colegios donde la cantidad de votos reportados, por ejemplo, tiene 20 papeletas cuando se supone que voten 200. Ese caso lo atendemos en escrutinio. Esas papeletas se pasan por máquina y se ajusta el resultado. Tenemos casos de esos que no lo sabemos de antemano, eso lo descubrimos en el escrutinio”, sostuvo el director de OSIPE quien insistió en que la CEE no tiene control directo de las decisiones que toman los funcionarios de los 4,524 colegios y de que estos sigan el procedimiento.

El presidente de la CEE ha justificado que se haya cerrado el evento sin que se hayan contabilizado una gran cantidad de papeletas que fueron rechazadas por las máquinas y que se separaron para contarlas manualmente. Esas papeletas no están reflejadas en los números que publica la CEE cuando se cerró el evento el 7 de noviembre.

Rosado Colomer explicó que nunca se cierra el evento con el 100% de votos contados, y que ese es un término que se utiliza para culminar el conteo parcial de los votos emitidos en las elecciones e iniciar el proceso del escrutinio, en el que sí se termina de contabilizar el 100% de los votos emitidos. Sin embargo, contrario a otras elecciones, el evento en esta ocasión se cerró ofreciendo resultados parciales (el sistema obliga a publicar como si se hubiese contado el 100%) faltando por adjudicar miles de papeletas que fueron contadas manualmente pero cuyo resultado no se refleja en los números publicados por la CEE porque las actas no cuadraron. Esta situación ocurrió en 106 de los 110 precintos electorales en la Unidad 77 del voto adelantado

De acuerdo con el comisionado electoral del PIP, Roberto Iván Aponte, el día previo al cierre del evento, en el que se ofrecieron los resultados de las elecciones para dar paso a iniciar el escrutinio general, los comisionados aprobaron por consenso la propuesta del presidente de la CEE de cerrar el evento dejando esas papeletas sin adjudicar para acelerar el inicio del escrutinio, debido a la gran cantidad de actas que no se podían conciliar. “Las actas que no cuadraban eran demasiadas y el presidente quería concluir el proceso de la noche del evento para dar resultados preliminares y comenzar el escrutinio”, explicó el comisionado electoral del PIP.

El presidente de la CEE explicó que tomó la decisión porque las actas del voto adelantado no cuadraban y entrar los resultados manual de estas papeletas hubiera tomado mucho tiempo.

“No cuadraron por dos, tres votos, diez votos. Pues, no podemos entrar esa data, porque la pudimos haber entrado erróneamente y los votos serían mayores, pero no estaría reconciliado. Así que el 100%, siempre se dice que es del evento, no es el 100% cien por ciento de los votos emitidos contados”, consignó.

TIMELINE: https://www.timetoast.com/timelines/que-paso-con-las-maquinas-de-la-comision-estatal-de-elecciones

 

Funcionarios de colegio hablan sobre las irregularidades en el proceso

Ketshándrivel Bermúdez

Coordinadora del MVC en la Unidad 5 de Cataño

Ha sido funcionaria desde los 18 años. Dijo que, con excepción de una o dos elecciones, siempre ha sido funcionaria por el Partido Independentista Puerto Rico y en estas elecciones por el Movimiento Victoria Ciudadana. Desde el inicio de su jornada, la máquina del colegio #1 de la Unidad 5 de Cataño, no imprimió el reporte original, aunque el equipo supuestamente estaba certificado como que había pasado la prueba de funcionamiento. A las 9:09 am la máquina no funcionaba, y no fue hasta pasadas las 3:00 pm que llevaron un reemplazo. Durante todo el día las papeletas de su colegio se echaban en la urna de emergencia. Las máquinas de varios colegios de la Unidad 5 se tuvieron que prender y apagar en medio del proceso, porque se atascaban las papeletas.

Relató que durante el conteo de votos adelantados en el Coliseo Roberto Clemente, se percató de que se habían adjudicado tres papeletas de voto a domicilio mal votadas al PNP. Las tres tenían una marca firme bajo MVC, y una segunda marca más suave bajo el PNP. Cuestionó que estaban firmadas por el mismo funcionario. Además dijo observar que en el mismo maletín había votos de pueblos tan distantes como Cataño y Corozal, aunque se supone que el voto a domicilio es por rutas y con una lista de votantes. Las cajas tampoco tenían esas listas ni el libro de las firmas. Admitió que en ese momento no lo dijo ni lo pudo consignar en el acta de la mesa porque los demás funcionarios no se lo permitieron.

María Estarellas

Funcionaria del MVC en el Colegio 1, Unidad 5, Cataño

El día de la elección, la máquina de su colegio no imprimió el reporte inicial. La urna de emergencias estaba repleta a las 2:00 pm, por lo que una funcionaria del PNP llevó una urna adicional.

“Cuando los funcionarios del PPD, PIP y yo del MVC íbamos a abrir la urna para asegurarnos de que estuviera vacía, la señora del PNP nos dijo que no podíamos abrirla, que ahí había unos sobres. Todos le cuestionamos. Inclusive el del PIP le preguntó qué había en los sobres y ella respondió ‘no les podemos decir y no puedes abrir la urna, sino solamente echar papeletas’. Obviamente los tres le dijimos que no”, relató.

Sostuvo que cuando se disponían a cerrar el colegio por falta de espacio para echar papeletas, en cuestión de minutos, apareció una máquina. Pasadas las 11:00 pm, los funcionarios electorales terminaron de entrar las papeletas a la máquina, que en muchas ocasiones no las reconocía, y tenían que intentarlo varias veces.

José Torres

Comisionado electoral local por el PIP del Precinto 3 de San Juan

Los resultados de este precinto se transmitieron al sistema de la CEE al día siguiente. No pudieron transmitir el día del evento desde la escuela y tampoco desde la JIP, ya que fue ubicada a última hora en un salón de la escuela El Instituto del Niño donde no había teléfono, ni computadoras. “Esta vez, a diferencia del 2016, no se pudo hacer en el momento porque en el Precinto 3 no teníamos un local preparado con las computadoras y con la conexión a internet para transmitirlo. Era un salón. No había infraestructura”, indicó.

Los maletines fueron transportados cerca de las 2:30 am hasta la CEE.

Dijo que en varias escuelas de este precinto se tuvieron que sustituir las máquinas porque en medio del proceso de votación se apagaban, como fue el caso de El Retiro (Unidad 19) y en varios colegios de la Escuela Carmen Gómez Tejera

Ruth Noemí Caraballo

Coordinadora por el PPD de la Unidad 8, Precinto 2 de San Juan

Pese a que lleva décadas trabajando como funcionaria en las elecciones, dice que nunca había visto tanta desorganización e irregularidades en el proceso electoral como en esta ocasión.

Dice que, al cierre del voto adelantado en el precinto, los funcionarios no pudieron contabilizar los votos. Le llamó la atención que el código de las máquinas para abrir la votación en las elecciones fue el mismo que se utilizó en el voto adelantado por precinto

Dijo que durante el día de las elecciones, las máquinas comenzaron a dar problemas desde antes de la votación. Por ejemplo, en uno de los colegios de la Unidad 5 donde fungió como coordinadora del PPD, una máquina, que no reconocía su llave electrónica para abrir la votación, aceptó la llave de otra máquina de otro colegio y comenzó a funcionar. La coordinadora dijo que se sorprendió porque tenía entendido que para mayor seguridad cada máquina tendría una única llave para iniciar el proceso de votación. Como constantemente las máquinas devolvían papeletas, aún las que estaban bien votadas, en ocasiones se tuvo que intentar hasta seis veces hasta que la papeleta era aceptada. Esto, aunque el reglamento dispone que solo se puede pasar la papeleta tres veces, y luego hay que ponerla en la urna de emergencia.

“Yo tuve fila de electores hasta las 8:00 de la noche y yo cerré la elección a las 5 de la tarde. Las horas de más se las debo a las máquinas”, aseguró.

Esta unidad terminó pasadas las dos de la madrugada debido a que en uno de los colegios las tarjetas de memoria de una máquina tuvieron que ser reemplazadas porque se dañaron en medio de la votación, y en el cuadre se percataron de que las nuevas tarjetas no reflejaban los resultados de las papeletas que se habían votado antes del reemplazo. La Junta Local determinó borrar la elección, sacar todas las papeletas y volverlas a echar.

Narró que el proceso se extendió más aún ya que la máquina rechazaba muchas de las papeletas por lo que, cerca de la medianoche, los coordinadores del PNP y PIP empezaron a presionar para que se echaran las papeletas que restaban en una bolsa para que fueran contadas posteriormente de forma manual.

“Porque estaban cansados. Y me dijeron que me iban a enviar una bolsa [para echar las papeletas sin contar]. Yo les dije que ‘no, no voy a echar los votos en una bolsa para mandarlos a la Comisión. Yo no me voy de aquí hasta que terminemos de contar el último voto’”. Su unidad pudo transmitir los resultados utilizando el módem de otro de los colegios; el único que funcionaba.

Tantos fueron los colegios que no pudieron transmitir sus resultados, que la primera pregunta que le hicieron al llegar a la JIP fue si había logrado transmitir. Dijo que notó “cara de sorpresa” de los funcionarios cuando respondió en la afirmativa.

Esta nota se publica en Metro gracias a una alianza con el Centro de Periodismo Investigativo. Puede acceder la versión orginal AQUÍ

 

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