Las sanciones de Estados Unidos están haciendo difícil que Irán compre medicinas y suministros médicos en el extranjero, incluidas las vacunas contra el COVID-19 necesarias para contener el peor brote en Oriente Medio, según dijo el miércoles el presidente de Irán, Hasán Ruhani.
El gobierno del presidente Donald Trump ha impuesto duras sanciones sobre el sector bancario iraní y su vital industria de gas y petróleo desde que se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear de Irán con potencias occidentales en 2018.
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Aunque Estados Unidos insiste en que las medicinas y el material humanitario está exento de sanciones, las restricciones al comercio han hecho que muchos bancos y empresas sean reacios a tratar con Irán, temiendo medidas punitivas de Washington. El país tampoco puede acceder al sistema bancario internacional, lo que complica transferir los pagos.
“Nuestra gente debe saber que por cualquier acción que planeamos para importar medicinas, vacunas y equipamiento, debemos maldecir a Trump un centenar de veces”, dijo Ruhani, en declaraciones citadas por la agencia IRNA.
El mandatario dijo que incluso las transacciones sencillas para comprar medicinas a otros países se habían vuelto extremadamente difíciles y transferir el dinero puede tomar “semanas”.
Sin embargo, aseguró, las autoridades hacen lo que pueden para comprar medicamentos en el extranjero, confiando en suministrarlas lo antes posible a personas de alto riesgo.
Irán indicó la semana pasada que estaba trabajando en su propia vacuna y esperaba comenzar los ensayos en humanos el mes que viene. El país espera comprar 20 millones de dosis en el extranjero, para una población de más de 80 millones de personas.
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Irán ha reportado más de 50.000 muertes por el coronavirus con más de un millón de casos confirmados, el peor brote de Oriente Medio.
Las autoridades se han resistido a imponer estrictas medidas de cuarentena como las que se han visto en otros países de la región, en parte por temor a que agrave una crisis económica ya asfixiante. Las sanciones han contribuido a hundir la moneda del país en los últimos años, lo que ha disparado el precio de los productos básicos y acabado con los ahorros de toda una vida para muchos iraníes.