La compañía farmacéutica alemana BioNTech y su aliado estadounidense Pfizer afirmaron que “se accedió ilegalmente” a datos de su vacuna contra el coronavirus durante un ciberataque contra los servidores de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA por sus siglas en inglés).
La agencia, con sede en Ámsterdam y que está considerando las solicitudes para autorizar la comercialización condicionada de diversas vacunas contra el coronavirus a utilizarse en las 27 naciones de la Unión Europea, dijo horas antes el miércoles que había sido objeto de un ataque cibernético.
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La EMA declinó dar más detalles sobre el ataque mientras prosigue con su investigación, pero las dos compañías difundieron más tarde un comunicado en el que señalaron que “se accedió ilegalmente a algunos documentos relacionados con la presentación regulatoria de la vacuna candidata de Pfizer y BioNTech, BNT162b2, que ha estado almacenada en un servidor de la EMA”.
Agregaron que ningún sistema de BioNTech o de Pfizer fue vulnerado en relación con el incidente y que no tenían conocimiento que alguno de los participantes en el estudio fuera identificado como resultado del hackeo.
“En este momento estamos a la espera de mayor información sobre la investigación de la EMA y responderemos en forma adecuada y de acuerdo con la ley de la UE”, dijeron las compañías. “La EMA nos ha garantizado que el ciberataque no tendrá impacto en su fecha de revisión”.
La vacuna fabricada por BioNtech y Pfizer se convirtió en la primera en recibir autorización de emergencia en Gran Bretaña la semana pasada y en Canadá, el miércoles. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) tiene previsto considerar el jueves la presentación para aprobación.
No sería la primera vez que una entidad vinculada con vacunas contra el coronavirus ha sido blanco de delincuentes cibernéticos.
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El mes pasado, Microsoft dijo que había detectado intentos de hackers rusos y norcoreanos para robar información valiosa de las principales compañías farmacéuticas e investigadores de vacunas.
Microsoft dijo que la mayoría de los blancos —ubicados en Canadá, Francia, India, Corea del Sur y Estados Unidos— estuvieron “implicados directamente en la investigación de vacunas y tratamientos para el COVID-19”. Microsoft no mencionó los objetivos pero señaló que la mayoría tenía vacunas candidatas en diversas fases de ensayos clínicas.
A principios de mes, Marene Allison, directora de seguridad de la información de Johnson & Johnson, dijo que a pesar de que confía en que las grandes compañías farmacéuticas como la suya cuentan con sólidas defensas contra los hackeos, tal vez no sea el caso en algunas terceras partes implicadas en el proceso.