Los legisladores de la Cámara de Representantes aprobaron el miércoles una extensión de una semana al financiamiento gubernamental, la cual les permite ganar tiempo en sus discusiones sobre un paquete de gastos que incluye ayuda por los efectos económicos del COVID-19.
En medio de la incertidumbre, la cámara baja aprobó fácilmente un proyecto de ley para financiar a todo el gobierno, el cual establece un nuevo plazo que vence el 18 de diciembre para que el Congreso finalice los últimos detalles de la medida de apoyo por el coronavirus y un plan de gastos generales por 1,4 billones de dólares que también está demorado.
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El proyecto fue aprobado por 343 votos a favor y 67 en contra, y ahora pasará al Senado, donde se prevé que será autorizado fácilmente antes de que venza el plazo el viernes a medianoche con el fin de evitar un cierre parcial del gobierno.
La medida les daría a los legisladores más tiempo para resolver el caos que se han creado tras meses de fútiles negociaciones y posturas políticas y una serie reciente de cambios repentinos. Sin la medida, el gobierno federal cerraría este fin de semana.
Los máximos líderes republicanos dijeron que las personas adecuadas para realizar las negociaciones son los cuatro líderes del Congreso y el gobierno del presidente Donald Trump, enfocándose en una propuesta del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, para eliminar una exigencia demócrata de 160.000 millones de dólares o más para los gobiernos estatales y locales.
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Por su parte, los líderes demócratas están depositando sus esperanzas en un grupo bipartidista de senadores que trata de solucionar las últimas diferencias en torno a un paquete de 908.000 millones de dólares. El grupo no está recibiendo apoyo de McConnell, pero sus miembros dicen que han logrado avances en el punto que quizá sea el más polémico, una exigencia del líder republicano de otorgar a las empresas y otras organizaciones protección contra demandas relacionadas con contagios de COVID-19.
“Estamos tratando de conseguir una solución negociada bipartidista”, dijo Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en la cámara alta. “Necesitamos que el líder McConnell deje de sabotear las negociaciones y trabaje con esta banda de ocho, que es la que tiene más esperanzas (de éxito) y es el único grupo bipartidista”.
Sin embargo, el jefe de la bancada republicana en el Senado, John Thune, dijo que la única manera de resolver el impasse es que McConnell, Pelosi y la Casa Blanca se hagan cargo.
La Casa Blanca regresó a las negociaciones, ofreciendo un paquete de 916.000 millones de dólares el martes que le mandaría un pago directo de 600 dólares a la mayoría de los estadounidenses, pero eliminaría un pago semanal de 300 dólares semanales por desempleo que promueve el grupo bipartidista de negociadores en el Senado.
La oferta fue efectuada el martes con el respaldo del líder de la minoría republicana de la cámara baja, y aparentemente había sido apoyada por McConnell. Pero los demócratas fustigaron inmediatamente el plan por la negativa de la Casa Blanca a respaldar la reanudación parcial, a 300 dólares semanales, de un pago que expiró en agosto por desempleo debido a la pandemia.
El presidente electo Joe Biden está presionando para que se apruebe el mayor paquete de ayuda posible, aunque no está involucrado directamente en las conversaciones. McConnell dice que el Congreso no concluirá sus sesiones actuales sin aprobar la esperada ayuda por el COVID-19. La presión es intensa y todas las partes dicen que es fundamental llegar a un acuerdo.
El grupo bipartidista de negociadores — encabezado por el senador demócrata Joe Manchin y las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski, entre otros — intenta que los legisladores respalden un plan por 908.000 millones de dólares que incluye una prestación semanal de 300 dólares para los desempleados a consecuencia de la pandemia y 160.000 millones de dólares para los estados y gobiernos locales.