Pese a que prácticamente la totalidad de las jurisdicciones estadounidenses han publicado una versión completa de sus programas de distribución de la vacuna contra el Covid-19, la subsecretaria de Salud, Iris Cardona, justificó que, en el caso de Puerto Rico, el único documento oficial divulgado hasta la fecha sea un resumen ejecutivo de dos páginas del plan que la agencia sometió ante el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en inglés).
“El documento es un documento vivo, son discusiones que se tienen todos los días y en gran medida dependen de unos ajustes que se hacen de la información que tengamos de lo que es Operation Warp Speed”, dijo Cardona, mencionando el nombre con el que el gobierno federal bautizó el plan para crear una vacuna que generara inmunidad al coronavirus.
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“El resumen ejecutivo contiene absolutamente todo en términos de cómo se escogen las prioridades en términos de a quién se va a vacunar. Contiene también las fases de vacunación, el marco de referencia de estas decisiones. Ciertamente hay cosas que son inciertas todavía, como la rapidez con la cual la compañía, una vez se autorice la vacuna, pueda producirla y distribuirla. Número dos, cómo vienen las guías de autorización, porque hay que esperar que esas recomendaciones bajen. Número tres, la decisión final del Comité Asesor en Prácticas de Vacunación, que en efecto emita y publique las recomendaciones. Cuando todas esas cosas estén al detalle, entonces estará el documento, que ciertamente no dejará de ser un documento vivo”, agregó la subsecretaria de Salud, quien ha sido la figura encargada de liderar la preparación del país para el momento en que la vacuna estuviese lista.
Como ejemplo de un elemento que tuvo que ser ajustado recientemente, Cardona mencionó el total de dosis de la vacuna que se recibirá en la primera semana de distribución, que se redujo de 90,000 a 30,000, según se le informó al Departamento de Salud el pasado viernes.
“En la primera semana ya se estableció que vienen 30,000 (dosis). Según la producción avance, en las próximas semanas vendrán más hasta completar (más) de 300,000 dosis de vacunas (en diciembre), que incluyen la vacuna de Pfizer y la de Moderna”, precisó Cardona.
Si el próximo 10 de diciembre la Administración federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) da el visto bueno para la autorización de uso de emergencia de la vacuna producida por las empresas Pfizer y BioNTech, se anticipa que Puerto Rico podría estar recibiendo un primer cargamento el 15 de este mes. La FDA pasará juicio sobre el producto de la compañía Moderna el 17 de diciembre.
De acuerdo con Cardona, la isla podría haber recibido a finales de año unas 205,000 dosis de la vacuna de Pfizer y otras 147,000 de Moderna, para un total de 352,000.
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Incertidumbre sobre los hogares de ancianos
Aunque el CDC ha establecido que la inmunización de los empleados y residentes de centros de cuido prolongado estará en manos de las cadenas de farmacias Walgreens y CVS, la presidenta de la Asociación de Dueños de Centros de Cuidado de Larga Duración (Adccld), Juanita Aponte Morales, sostuvo que al momento no cuenta con un panorama claro de la logística que conllevará este proceso.
La vacunación de estos grupos –que entre empleados y residentes ronda las 45,000 personas– está incluida dentro de la fase 1A del plan de Salud, al igual que los profesionales de la salud que laboran en hospitales, que se estima en 40,000 individuos. Considerando que tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna requieren la administración de una segunda dosis, serían necesarias 170,000 dosis para inmunizar a esta población.
“La logística todavía está en desarrollo. Aún la estructura no ha sido finalmente certificada como cuál es la que va a proceder. Esta próxima semana estaremos reuniéndonos con el secretario del Departamento de Salud (Lorenzo González) para ultimar detalles”, planteó Aponte Morales.
Tanto la presidenta de la Adccld como Cardona aseguraron que la totalidad de los más de 1,000 centros de cuidado prolongado e instituciones de vivienda asistida se registraron para participar del proceso de vacunación, uno que, a juicio de Aponte Morales, debería ser compulsorio para los adultos mayores que residen en estos espacios, así como para los empleados.
“Yo creo que el Estado tiene que asumir una posición bien asertiva y no debería ser opcional”, dijo Aponte Morales, quien instó al gobierno a publicar íntegramente el plan de vacunación.
“Sería bueno identificar qué ha hecho que no se culmine ese proceso y se tenga ya para conocimiento de toda la ciudadanía de Puerto Rico. Como miembros de esta sociedad, sin importar el rol, te quieres proteger y sería bien importante que todos conociéramos cuándo más o menos el Estado proyecta que nos vamos a beneficiar de la vacuna”, subrayó Aponte Morales.
El presidente del Colegio de Médicos, Víctor Ramos, sostuvo que la entidad colaboró con Salud en la recopilación de datos para dar forma a la primera etapa de la distribución de vacunas. Dijo que, a pesar de que la matrícula de médicos en el país ronda los 9,000, son cerca de 1,000 los que trabajan en los 65 hospitales y recibirían prioridad para la inmunización.
El personal de salud que no trabaja en hospitales también forma parte de la fase 1A, pero será atendido posteriormente.
“Tenemos la información de cuántas vacunas necesita cada hospital. Dependiendo de la capacidad que tengan para correr esto en un proceso acelerado, podrían tener mayor cantidad de vacuna. Comoquiera van a recibir lo que necesitan. Pero si un hospital no tiene la capacidad de mover 400 dosis en cuatro días, no le puedo dar las 400 vacunas. Le damos la capacidad que tengan para moverla. Cada facilidad puede hacerlo de diferente manera”, expresó Cardona.
“El Colegio y la Asociación de Hospitales hemos ayudado en que estén los planes al día para la eventual llegada de la vacuna, que llegaría en los próximos días si se aprueba el 10 de diciembre. La gente lo da por sentado, pero el comité científico (que evaluará las vacunas) es independiente y podría no aprobarla. Pero por los estudios que hemos visto no hay razón para que no lo aprueben”, manifestó Ramos, al explicar que, en las próximas semanas, según aumente la producción de vacunas, los distintos colegios de profesionales de la salud establecerían puntos de inmunización para atender a sus respectivas membresías.
De otro lado, Cardona indicó que, aunque la Guardia Nacional no ha recibido los refrigeradores que compró para almacenar la vacuna de Pfizer –que requiere una temperatura de -80 grados Celsius–, existen ocho acuerdos de colaboración con dueños de estos aparatos, incluyendo tres en instalaciones médicas. De acuerdo con Cardona, estos congeladores, cada uno con capacidad para albergar más de 100,000 unidades de la vacuna, están ubicados en puntos estratégicos.
“Tenemos en el norte dos, en el sur, tres, y hay otro en el noreste”, dijo Cardona.
La subsecretaria de Salud añadió que el manejo de las vacunas quedará registrado en una plataforma digital conocida como Puerto Rico Immunization Registry. Además de registrar, por ejemplo, la llegada de unidades de la vacuna a Puerto Rico, esta plataforma enviará recordatorios, mediante mensajes de texto o correo electrónico, a las personas que deben administrarse la segunda dosis.
En el caso de quienes se vacunen con el producto de Pfizer, la segunda dosis se administra a los 21 días, mientras que la vacuna de Moderna requiere una segunda dosis 28 días después de la primera.