El tema del coronavirus en Estados Unidos vuelve a ser crítico. Una serie de factores de han juntado para hacer la situación preocupante.
El país se encuentra en una época postelectoral en la que Donald Trump está más preocupado por no aceptar su derrota que por la pandemia, mientras que Joe Biden tiene bloqueada la transición.
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Pero además de no tener un líder que sepa qué camino tomar, la nación enfrenta casi 12 millones de contagios y más de 254 mil fallecidos que la hacen la más golpeada por la pandemia.
Día de Acción de Gracias, fiestas decembrinas e invierno complican el escenario
Pero el hartazgo popular al confinamiento, además de las temporadas de frío y las próximas fiestas hacen que el escenario no se pronostique con claridad.
Con el Día de Acción de Gracias a la vuelta de la esquina (último jueves de noviembre), Estados Unidos reporta 25% de aumento de contagios y hospitalizaciones.
La diferencia es que ahora no tienen localizados los focos de infección, sino que por primera vez el aumento es de costa a costa y de norte a sur.
Basta decir que 47 de los 50 estados presentaron esta semana peores números de contagios de coronavirus que la semana anterior.
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Por si fuera poco, la vida continúa prácticamente igual, como si la pandemia hubiera terminado o, por lo menos, controlada.
Los comercios están abiertos, con algunas excepciones en algunos estados como Nueva York, Washington u Oregon, donde hay restricciones para restaurantes que sólo pueden operar al aire libre.
Especialistas y autoridades coinciden en que existe un tipo de sensación en la sociedad, pese a las alarmantes cifras, de que la situación no es tan grave como hace medio año.
El próximo Día de Acción de Gracias es la fiesta familiar más grande en Estados Unidos, algo que podría incrementar aún más el número de contagios.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Ohio, 40% de los ciudadanos de este país piensan reunirse con más de 10 personas en esta fecha. Otro reporte de la organización AAA sostiene que 50 millones de estadounidenses viajarán para encontrarse con sus amigos y familiares, sólo cinco millones menos que el año pasado.