La cifra de muertos tras un alud provocado por el huracán Iota en una zona montañosa del norte de Nicaragua ascendió a nueve mientras rescatistas seguían buscando el jueves a dos mujeres desaparecidas.
Pedro Haslam, representante del gobernante partido Frente Sandinista en el departamento de Matagalpa, dijo que cuatro campesinos fueron rescatados con vida en la zona del derrumbe, que sepultó cinco viviendas en la comunidad San Martín, situada en el Macizo Peñas Blancas, más de 200 kilómetros al norte de la capital.
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“Hemos logrado encontrar nueve cuerpos, cuatro familiares con vida y seguimos (trabajando) porque hay dos mujeres de la comunidad desaparecidas”, declaró Haslam a medios oficiales.
El funcionario asistió la noche del miércoles al sepelio de cinco de las víctimas, que fueron enterradas en el cementerio de La Dalia, municipio donde se ubica el cerro Peñas Blancas.
Las dos mujeres desaparecidas son la madre y la abuela de una de las niñas que pereció a consecuencia del alud, informó la víspera la vicepresidenta y primera Rosario Murillo. Varios de los fallecidos en el sitio eran menores de edad.
El repentino derrumbe ocurrió la tarde del martes producto de las intensas lluvias causadas por Iota y dos semanas antes por el huracán Eta, que saturaron los suelos en zonas rurales del norte y Caribe norte de Nicaragua.
Gregorio Aguilar Vallejos, habitante de la comunidad, dijo que las lluvias habían aminorado cuando se produjo el alud de piedras y lodo que sepultó las pequeñas viviendas.
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“Nosotros con un muchacho que perdió a toda la familia nos fuimos a revisar arriba… dilatamos como siete minutos en recorrer ahí y escuchamos el estruendo, no había ni una casa ni nada”, relató el campesino citado por la oficialista radio La Primerísima.
El ejército y la policía mantienen desde el martes un fuerte control sobre la zona y sólo han permitido el acceso a periodistas oficialistas, impidiendo el ingreso de medios independientes y corresponsales internacionales.
Iota, que golpeó a Nicaragua como un huracán categoría 4, se convirtió el miércoles en una depresión tropical y se disipó sobre el territorio de El Salvador. El gobierno nicaragüense reportó la víspera al menos 16 fallecidos en el país, mientras el de Honduras dio cuenta de 18 muertos.
Por su parte, Panamá dijo que una persona murió y otra estaba desaparecida en la comunidad indígena autónoma de Ngabe Bugle, en el oeste del país.
Antes de tocar tierra en Nicaragua, Iota barrió la pequeña isla colombiana de Providencia, a más de 250 kilómetros (155 millas) de la costa nicaragüense. Según el presidente de Colombia, Iván Duque, una persona murió y el 98% de la infraestructura de la isla estaba afectada.
Iota es la trigésima tormenta con nombre en la intensa temporada de huracanes en el Atlántico. También es la novena que se intensificó rápidamente este año, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia.
Además, es el huracán de categoría 5 más tardío en el año, superando el récord de Cuba del 8 de noviembre de 1932, señaló Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado.
La temporada de huracanes termina oficialmente el 30 de noviembre.
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