Fort Lauderdale – La tormenta tropical Eta tocó tierra en los Cayos de Florida, llevando aún más lluvia el lunes a calles ya inundadas.
Florida había cerrado playas y centros de pruebas de coronavirus, suspendido el transporte público y abierto algunos centros de evacuación antes de la llegada de una tormenta que dejó decenas de muertos y más de 100 desaparecidos en México y Centroamérica.
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El meteoro tocó tierra el domingo por la noche en Cayo Matecumbe Inferior. El lento avance del sistema y sus fuertes lluvias eran una enorme amenaza para el sur de Florida, una zona ya anegada por más de 350 milímetros (14 pulgadas) de lluvia el mes pasado. Eta podría descargar entre 150 y 300 mm (de 6 a 12 pulgadas) más de agua en la región, según los expertos.
“En algunas zonas, no se está drenando el agua tan rápido como está cayendo”, advirtió el comisario de Miami Dade Jose “Pepe” Diaz.
El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Gimenez, dijo estar en contacto frecuente con los responsables de gestión de aguas para monitorear el difícil drenaje de las inundaciones, que vararon vehículos, cubrieron algunas intersecciones e incluso invadieron algunas casas.
En Lauderhill, Florida, las autoridades respondieron el domingo por la noche a un reporte de un auto que había sido arrastrado hasta un canal. Fotos tomadas por los bomberos en el lugar, unos 48 kilómetros (30 millas) al norte de Miami, mostraban a rescatistas buscando en lo que parecía una inundación cerca de un estacionamiento.
Los bomberos sacaron a una persona del auto y la llevaron a un hospital en estado crítico, según un comunicado del cuerpo de bomberos. Los rescatistas seguían buscando a otras personas.
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El Centro Nacional de Huracanes de Estados declaró alertas de tormenta tropical para los Cayos, desde Ocean Reef a Dry Tortugas, incluida la Bahía de Florida. Las alertas de marejada ciclónicas se cancelaron el lunes por la mañana.
Eta tenía vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros (65 millas) por hora el domingo por la noche, y tenía su centro 40 kilómetros (25 millas) al este-noreste de Marathon, Florida, y 70 kilómetros (45 millas) al norte-noroeste de Cayo Hueso. El sistema se desplazaba hacia el oeste-noroeste a 20 km/h (13 mph).
Se esperaba que la tormenta se moviera hacia el sureste del Golfo de México y recuperase fuerza de huracán el lunes por la noche o el martes.
En los Cayos de Florida, el alcalde ordenó evacuaciones obligatorias para casas rodantes, zonas de acampada, parques de remolques y zonas bajas. Varios distritos escolares cerraron, señalando que las carreteras ya estaban demasiado inundadas y el viento era demasiado fuerte para que los autobuses trasladaran a los alumnos. Se abrieron refugios en Miami y los Cayos de Florida.
“Por favor, tómense esta tormenta en serio”, instó el director de Gestión de Emergencias del condado de Palm Beach. “Por favor, no conduzcan por carreteras inundadas”.
La tormenta desbordó ríos e inundó zonas costeras en Cuba, donde 25.000 personas fueron evacuadas. Pero no había reportes de muertes.
Eta había castigado Cuba durante el día, mientras rescatistas en Guatemala seguían buscando a gente que se creía sepultada por un enorme alud de tierra provocado por la lluvia. Las autoridades elevaron la cifra de muertes confirmadas a 27 y dijeron que aún había más de 100 desaparecidos en Guatemala, muchos de ellos en el deslave en San Cristóbal Verapaz.
Unas 60.000 personas fueron evacuadas en Guatemala.
En México se reportaron al menos 20 personas en el sur de México, y autoridades locales en Honduras reportaron 21 fallecidos, aunque la agencia nacional de desastres sólo había confirmado ocho.