El presidente Donald Trump se considera un defensor sin igual de las tropas estadounidenses. Ahora que su mandato está en la cuerda floja, ha expresado sus dudas sobre una herramienta de participación democrática — el voto por correo — que le ha permitido al personal militar ser parte de los comicios aunque esté lejos de casa desde la Guerra de 1812.
El presidente ha exigido en Twitter que “detengan el conteo” y ha lanzado acusaciones infundadas de que “sorpresivas carretadas de votos” la noche de los comicios están ayudando a su rival demócrata Joe Biden a “robar” la elección.
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Al mismo tiempo, Trump insiste en que las boletas por correo de los votantes del ejército deben ser contabilizadas. Incluso insinuó el viernes — sin presentar evidencia — que han “desaparecido” algunos de los votos que las tropas enviaron por correo.
En su incesante intento por cuestionar la integridad de las elecciones, Trump ha atacado una y otra vez los votos por correo. Las arremetidas han irritado a muchos veteranos y exlíderes militares que ven a las votaciones por correo como una herramienta para cumplir con su deber cívico mientras se encuentran apostados en el extranjero.
“Funcionarios de todos los niveles, incluyendo en el Congreso, necesitan decirle al presidente: ‘Señor, necesita tener la misma paciencia que el resto del país’”, manifestó el almirante de la Marina en el retiro Steve Abbot, quien se desempeñó como asesor adjunto de seguridad nacional durante el gobierno de George W. Bush.
Abbot es miembro de Count Every Hero, una coalición de altos oficiales militares que promueve la defensa y conteo de los votos de los miembros del ejército. Añadió: “No ayuda a esta democracia que (Trump) siga sonando esta alarma. Es inapropiado”.
Se desconoce la cifra exacta de votos militares por correo que aún no se contabilizan en los estados más reñidos y que determinarán al próximo presidente. Más de 250.000 soldados estadounidenses votaron por correo en 2016 y se esperaba que la cifra aumentara este año.
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En las elecciones presidenciales de 2016, Georgia recibió más de 5.600 papeletas de uniformados; Carolina del Norte recibió casi 11.000; Pensilvania tuvo casi 7.800 y Nevada unas 2.700, según el Comité de Asistencia Electoral de Estados Unidos.
En la apretada contienda de Georgia, la oficina del secretario de Estado dijo que aún podrían llegar antes de la fecha límite del viernes unas 8.900 papeletas que fueron solicitadas por miembros del ejército y ciudadanos estadounidenses en el extranjero, además de las miles que ya fueron recibidas y procesadas.
Trump pareció notar el número de votos militares y del extranjero que aún no se han escrutado en Georgia, y el viernes tuiteó: “¿Dónde están las boletas militares faltantes en Georgia? ¿Qué les pasó?”
Un total de 28 estados y el Distrito de Columbia aceptan y cuentan votos de soldados en el extranjero que hayan sido recibidos después de la jornada electoral, siempre que el matasellos sea previo al cierre de casillas.
Mientras Biden se acerca a los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia, Trump ha redoblado sus esfuerzos para cuestionar el procesamiento de los votos por correo que las autoridades estatales continúan contabilizando.
“Es sorprendente cómo estos votos por correo son para un solo lado”, dijo Trump durante sus declaraciones del jueves en la Casa Blanca, horas después de afirmar falsamente en un tuit escrito sólo en mayúsculas que no se contaría ningún voto recibido después de la jornada electoral. “Sé que se supone que es una ventaja de los demócratas, pero en todos los casos, son para un solo lado”.
De hecho, la disparidad no debería ser sorprendente. De cara a la jornada electoral, Biden y otros demócratas exhortaron a sus simpatizantes a votar de forma anticipada y por correo debido a las preocupaciones relacionadas con la pandemia del coronavirus. Trump pidió a sus seguidores que votaran de manera presencial y mantuvo ventaja en muchos estados entre los que votaron en persona el día de los comicios.
La portavoz de la campaña de Trump, Thea McDonald, dijo que el presidente cree que “hay y debería haber excepciones para los miembros de nuestro ejército que sirven a nuestro país en el extranjero” para garantizar que sus votos sean contados. pero McDonald cuestionó por qué las autoridades electorales en Pensilvania deberían contar los votos por correo para los “demócratas en Filadelfia que intentan votar después del día de las elecciones”.
Kristen Clark, activista por los derechos al voto, dijo que no tiene sentido la insinuación de la campaña de Trump de detener el conteo de los votos emitidos de forma legal para un grupo (civiles) y seguir contabilizando las papeletas de otro grupo (el personal militar).
“Es una postura indefendible decir que las leyes estatales deben aplicar para unos votantes y no para otros”, comentó Clark, presidenta de Lawyers’ Committee for Civil Rights Under Law.
A lo largo de su presidencia, Trump se proyectó como un defensor de las familias militares. Aprovechó toda oportunidad para fotografiarse con familiares de soldados caídos en conflicto y se atribuyó la reducción del número de tropas desplegadas en “guerras interminables”, además de destinar recursos adicionales al ejército.
Pero para algunas familias militares, intentar desechar los votos por correo que llegaron después de las elecciones proyecta una mala imagen del comandante en jefe, aun cuando su equipo ha intentado maquillar sus ataques a gran escala contra los votos por correo.
“Todo mundo quiere el derecho de participar en una democracia. Es por eso que las personas se enlistan en el ejército. Es algo en lo que creemos firmemente”, dijo Tori Simenec, teniente primero de la Marina que sirvió entre 2016 y agosto de 2020.
Mike Jason, un coronel del ejército retirado, de 47 años de edad, recuerda haber dependido del voto por correo durante casi toda su carrera de tres décadas, durante la cual votó por correo en su estado de residencia de Florida desde destacamentos en Afganistán, Irak, Alemania y varias asignaciones locales.
Después de usar el voto por correo como una manera de participar en la democracia estadounidense hasta que se retiró del ejército el año pasado, Jason dice que le parecen exasperantes los ataques de Trump a la integridad del proceso de votación postal.