Al menos 16 personas murieron en Filipinas al paso del tifón Goni este fin de semana, y unas 13.000 chozas y casas sufrieron daños o fueron arrasadas en la provincia insular oriental que sufrió el primer golpe de la fuerte tormenta, según dijeron el lunes las autoridades.
Gony embistió al amanecer del domingo contra la provincia de Catanduanes como un supertifón con vientos sostenidos máximos de 225 kilómetros (140 millas) por hora y ráfagas de 280 km/h (174mph). Pero la tormenta se debilitó de forma considerable tras tocar tierra y cambió de rumbo, evitando a la capital, Manila, antes de dirigirse hacia el Mar de la China Meridional.
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Al menos 16 personas murieron en Catanduanes y la cercana provincia de Albay, donde había otros tres desaparecidos, según la Oficina de Protección Civil.
Catanduanes, una provincia insular con más de 260.000 habitantes que suele verse castigada por tormentas del Pacífico, se quedó aislada tras perder el suministro eléctrico y las comunicaciones, debido a los efectos de Goni y de otro tifón que golpeó la zona la semana anterior. Sin embargo, las autoridades locales lograron comunicarse el lunes después de que responsables de emergencias volaran a la devastada isla con teléfonos por satélite.
Al menos cinco personas se ahogaron y cuatro sufrieron heridas por el tifón, que provocó marejadas ciclónicas de hasta 5 metros (16 pies), según dijeron el gobernador de Catanduanes, Joseph Cua, y otros funcionarios. Unas 13.000 viviendas sufrieron daños o quedaron arrasadas, señalaron. Muchos vecinos huyeron de sus hogares para ponerse a salvo antes de que llegara el tifón.
La tormenta también castigó la cercana provincia de Albay, donde las intensas lluvias arrastraron rocas y coladas de lodo del volcán Mayon, sepultanod unas 150 casas en una población del municipio de Guinobatan.
Dos vecinos murieron allí y otros tres estaban desaparecidos, según el gobernador de Albay, Al Francis Bichara.
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El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, tenía previsto hacer una inspección aérea de la zona afectada por el tifón en su viaje a Manila el lunes desde su ciudad natal en el sur, según las autoridades. El mandatario, de 75 años, ha sido criticado por desaparecer de la vista del público en medio de la pandemia del coronavirus y de las recientes tormentas, aunque su equipo afirma que sigue trabajando aunque no aparezca en público.
Filipinas sufre unos 20 tifones y tormentas al año. También se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de fallas en el que son comunes los terremotos y erupciones volcánicas, lo que lo convierte en uno de los países más propensos del mundo a los desastres naturales.