Francia vivió este viernes un nuevo atentado islámico por las imágenes de Mahoma. Un profesor de secundaria que había mostrado una foto durante su clase sobre libertad de expresión fue decapitado por un joven de 18 años que fue abatido poco después por la policía.
El presidente Emmanuel Macron se desplazó a Conflans-Sainte-Honorine, donde enseñaba la víctima y ocurrió el asesinato, para reunirse con sus compañeros y mostrar su respaldo.
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El atacante decapitó a la víctima cerca del instituto donde trabajaba, en plena calle y mientras gritaba “Alá es grande”, según varios testigos..
Macron sobre los terroristas
En una declaración al salir de la reunión, Macron calificó el asesinato de “atentado terrorista islamista” y lo consideró como un ataque a los “valores” democráticos y laicos de la República francesa.
Los terroristas “no pasarán” y “el oscurantismo religioso no ganará”, sentenció Macron.
El presunto autor fue parado apenas a 200 metros, pero ya en la vecina localidad de Eragny, por una patrulla de policía. El hombre se acercó de forma amenazadora con un cuchillo de grandes dimensiones a los agentes, por lo que estos le dispararon causándole la muerte.
El sospechoso llevaba un cinturón que hizo temer que tuviera explosivos, por lo que acudió un equipo de artificieros de la Policía y se estableció un perímetro de seguridad.
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Las autoridades identificaron al sospechoso fallecido como un joven origen checheno de 18 años, según varios medios franceses, ya que no se ha divulgado públicamente su identidad y se desconoce si tenía antecedentes penales.
La clase de libertad de expresión
A través de una serie de testimonios se ha podido reconstruir que la víctima, un profesor de Geografía e Historia, había mostrado una imagen diciendo que era el profeta de los musulmanes durante una clase de libertad de expresión y comportamiento cívico que tuvo lugar la pasada semana para alumnos de 13 años.
El profesor había pedido a los alumnos de confesión musulmana que salieran brevemente de la clase o volvieran la mirada durante unos instantes para no molestarles.
Pero una alumna no lo hizo y contó el episodio en su casa, lo que enfadó a su padre que publicó un vídeo muy crítico en redes sociales. A partir de ahí, el asunto se hizo público y hubo protestas de las familias musulmanas.
La dirección del centro y el profesor explicaron de forma detallada que se trataba de una forma de enseñar la libertad de expresión.
Un mensaje, atribuido por un padre de un alumno a la directora del centro y dirigido a las familias de los estudiantes, señalaba hace días que el profesor “había reconocido su torpeza y había pedido perdón”.
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