Por segundo día consecutivo, Irán impuso un récord en muertes y contagios de coronavirus registrados durante un periodo de 24 horas, con 272 decesos confirmados entre más de 4.200 nuevos casos hoy, lunes.
Al igual que muchos otros países, el incremento de contagios en Irán refleja las contradictorias respuestas de parte de las autoridades ante el virus. Tan solo este mes, al tiempo que las muertes diarias por COVID-19 se disparaban a cifras de triple dígito, el gobierno anunció restricciones más severas para la capital, Teherán, fuertemente impactada por la pandemia.
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Luego de una reciente reapertura, las universidades y escuelas, bibliotecas, mezquitas, salas de cine, museos, estéticas y otro tipo de negocios se vieron obligados a cerrar. El sábado, el gobierno ordenó que todos los habitantes de Teherán usen cubrebocas en espacios públicos y al aire libre, y advirtió que las personas que no obedezcan serán multadas. El portavoz del Gabinete, Ali Rabiei, prometió que quienes den positivo en las pruebas serán rastreados de cerca.
No obstante, el cumplimiento de mandatos y medidas como el rastreo de contactos en el país de 80 millones de habitantes sigue siendo un reto. Quienes no obedezcan enfrentan multas de tan solo 500.000 riales iraníes (el equivalente a 1,60 dólares), casi el precio de una hamburguesa en un restaurante en el centro de la ciudad.
Mucha gente, harta de permanecer encerrados en casa, ha decidido no cumplir las reglas sobre las mascarillas y el distanciamiento social al saturar cafeterías y restaurantes al aire libre. Y al tiempo que la población desafía las medidas para frenar la propagación del coronavirus y el gobierno se resiste a imponer un confinamiento total a fin de evitar caer en una crisis económica, el número de contagios en Irán se dispara