MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado que si su candidata al Tribunal Supremo, Amy Coney Barrett, es finalmente elegida, se podrá tumbar la sentencia de 1973 que ampara a nivel constitucional la libertad de la mujer para elegir sobre si quiere seguir adelante con un embarazo y dejar así la capacidad de decisión a los estados.
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“Está claro que es conservadora en su visión, en sus sentencias, y veremos cómo funciona todo, pero creo que funcionará”, ha afirmado Trump en una entrevista con la cadena Fox emitida este domingo. “Está claro que es posible y puede que lo hagan de una forma diferente. Puede que se lo devuelvan a los estados”, ha añadido al ser interrogado sobre si la mayoría conservadora de 6-3 una vez nombrada Barrett acometerá “la cuestión de la vida”.
En cualquier caso, Trump ha recordado que muy recientemente se han dado casos en los que el Supremo no ha fallado en el sentido que se esperaba. En julio, los jueces Kavanaugh y Gorsuch votaron en contra de la Casa Blanca y forzaron a Trump a entregar sus declaraciones fiscales.
Gorsuch también votó junto a los jueces liberales en un caso que certificó discriminación laboral contra un empleado LGTB. “Me han sorprendido algunas de las sentencias del último año. Crees que conoces a alguien y después las sentencias federales son algo diferente de lo que pensabas”, ha declarado Trump.
“Nunca sabes lo que va a pasar, pero estoy buscando a alguien que pueda interpretar la Constitución tal como se escribió. Lo decimos siempre y ella (Barrett) es muy firme en eso. Va a ser muy interesante”, ha indicado.
En cualquier caso, Trump ha asegurado que no trató ningún asunto concreto durante las entrevistas mantenidas antes de la nominación. “No he tratado conceptos ni cosas concretas. Hay quien dice que no se debe hacer. No veo ningún motivo para ello, pero decidí no hacerlo y creo que le da libertad para hacer lo que tiene que hacer. Tiene que dictar sentencias, pero creo que va a hacer sentirse orgullosa a mucha gente”, ha remachado.
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Barret debe ser confirmada por el Senado, donde el Partido Republicano de Trump tiene mayoría, por lo que se espera que sea ratificada sin problemas, a pesar de que se trata de un proceso sumamente politizado. De hecho, las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski ya han expresado su rechazo a esta nominación.
La confirmación de los nuevos magistrados del Tribunal Supremo suele durar dos meses, por lo que choca directamente con la campaña electoral para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Barret, de 48 años, es una jueza federal nacida en Indiana y conocida por sus opiniones católicas, conservadoras y antiabortistas. Su elección apuntalaría durante décadas una clara mayoría conservadora en el Supremo, órgano clave por su capacidad para interpretar leyes y derechos fundamentales. Los miembros del Supremo son cargos vitalicios.
En el último año de la presidencia de Barack Obama, el Senado, de mayoría republicana, bloqueó el nombramiento de un juez que ocupara la vacante surgida en el Tribunal Supremo tras la muerte del magistrado del Supremo Antonin Scalia por ser año electoral.
Sin embargo, este año, los senadores republicanos parecen dispuestos a confirmar a la nominada por Trump antes de las elecciones del 3 de noviembre, pese al anunciado rechazo demócrata.