Washington — La acusación de un denunciante en torno a que fue presionado para ocultar información de inteligencia sobre injerencia rusa en las elecciones estadounidenses es la más reciente de una serie de denuncias similares que involucran a exfuncionarios del gobierno del presidente Donald Trump y ha planteado inquietudes sobre que la Casa Blanca corre el riesgo de socavar las labores para impedir ese tipo de intrusiones si resta importancia a la gravedad del problema.
No hay duda de que el gobierno ha tomado medidas para contrarrestar la injerencia rusa, incluidas sanciones y cargos penales emitidos el jueves que están diseñados para exhibir campañas de influencia dirigidas al electorado estadounidense. Pero la renuencia de Trump de aceptar la gravedad de la amenaza podría dejar al gobierno sin una voz de disuasión consistente y poderosa de cara a unos comicios que las autoridades estadounidenses han dicho que son blanco de Rusia otra vez.
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El presidente ruso Vladimir Putin “no se detiene”, comentó el representante Jim Himes, miembro de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Himes dijo que Putin se siente “empoderado, probablemente inoculado en Estados Unidos por la conducta del presidente” Trump.
Brian Murphy, exfuncionario de inteligencia en el Departamento de Seguridad Nacional, alegó en una demanda hecha pública el miércoles que recibió órdenes de retener reportes sobre la injerencia rusa debido a que “hacen ver mal al presidente”. Eso surge luego de reportes sobre que Trump reprendió a su entonces director de inteligencia luego de una sesión informativa en el Congreso sobre la injerencia de Moscú y que el mandatario trató de despedir a otro funcionario que dijo al Congreso que apoyaba la afirmación de las agencias de inteligencia en torno a que Rusia había interferido a nombre de Trump en las elecciones presidenciales de 2016.
El departamento negó la acusación de Murphy, y la Casa Blanca emitió un comunicado en el que mencionó los casos en los que dijo que el presidente había tomado medidas contra Rusia.
“Este presidente ha sido firme en que cualquier adversario extranjero que trate de causar interrupciones en nuestras elecciones enfrentara enormes consecuencias”, aseveró la portavoz de la Casa Blanca Sara Matthews.