Las autoridades estadounidenses planean suspender el incrementado chequeo sanitario a pasajeros provenientes de ciertos países a partir de la semana próxima y tales viajeros ya no serán obligados a ingresar por alguno de 15 grandes aeropuertos de Estados Unidos.
Tales requisitos fueron establecidos en febrero para contener la propagación del COVID-19. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que el gobierno anulará esos edictos a partir del lunes.
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Los CDC señalaron que el chequeo actual, que incluye la revisión de temperatura y las declaraciones de los viajeros sobre su estado de salud, “es de eficacia limitada” dado a que algunas personas contagiadas no presentan síntomas. La agencia de salud agregó que en su lugar se centrará en otras medidas, entre ellas una respuesta más enérgica a los informes de enfermedad en los aeropuertos, el registro electrónico de los pasajeros para evitar las largas filas y “posibles pruebas para reducir el riesgo de transmisión relacionado con los viajes”.
Los controles adicionales se aplican a personas que arriban de China, Irán, la mayoría de los países de Europa continental, Reino Unido, Irlanda y Brasil. A la mayoría de las personas que arriban de esos países y no son ciudadanos estadounidenses se le ha prohibido la entrada.
El Departamento de Seguridad Nacional no ha respondido de momento a una petición de comentarios al respecto.