Dos candidatos a la gobernación repudiaron las expresiones de Pedro Pierluisi, aspirante al cargo por el Partido Nuevo Progresista (PNP), quien esencialmente retó a que le “demuestren” el impacto que pudo haber tenido la entrada en vigor de un nuevo Código Electoral sobre el caos primarista en las últimas dos semanas.
Juan Dalmau, candidato del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), señaló que, más allá de eliminar los puestos de vicepresidentes y subsecretario de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), la Ley 58-2020 otorgó al presidente del organismo la capacidad de tomar decisiones “unilaterales” sin consentimiento de los comisionados electorales, y además les arrebató a estos la facultad de acudir a los tribunales para retar acciones administrativas que afecten la capacidad de llevar a término un evento electoral.
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El código “sacó de la comisión a las personas de mayor experiencia en administrar los procesos electorales. Eso se demostró ante la inexperiencia y la negligencia del presidente nuevo (Juan Ernesto Dávila), que sin conocimiento fue incapaz de administrar la primaria”, comentó Dalmau, un ex comisionado electoral del PIP.
“Incidió directamente en la administración del proceso y la mejor evidencia es que antes del nuevo código esto nunca había pasado y con el nuevo código sí pasó”, agregó el senador, quien ayer hizo un llamado a que se activen los mecanismos de destitución del presidente y a que los comisionados electorales alcancen un consenso sobre la figura que reemplazaría a Dávila.
El lunes, en su participación en el podcast Con los editores, Pierluisi sostuvo que las tres vicepresidencias que mantenía la CEE eran figuras “decorativas” y que, más allá de esa alteración a la estructura jerárquica del organismo, el Código Electoral no instituyó mayores cambios a los procesos democráticos del país.
Para César Vázquez Muñiz, candidato a la gobernación del Proyecto Dignidad, el control que mantiene un partido, en este caso el PNP, de la fase administrativa del organismo electoral “raya en el totalitarismo”.
“La realidad es que la reforma electoral fue aproibada de manera unilateral por el partido en el poder al que el señor Pierluisi representa. Le da una ventaja a ellos frente al próximo evento electoral y pone al pueblo de Puerto Rico a preocuparse por la legitimidad de ese proceso… Decir que nada cambió con la reforma electoral, pues si nada cambió por qué hubo reforma”, cuestionó Vázquez Muñiz.
El cardiólogo de profesión favoreció que Dávila salga del cargo cuanto antes, pero planteó que la decisión de presentarle cargos de destitución, en caso de que decidiera aferrarse a la presidencia, podría resultar impráctica ante el apretado calendario que enfrenta la CEE para cumplir con la elección general del 3 de noviembre.
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“Si el proceso de destituir al presidente coge mucho tiempo, tenemos las elecciones encimas y uno se pregunta si traer una persona a última hora, para manejar un proceso que no comenzó, sería mas perjudicial que permitirle que él termine. Es como llaman en inglés un ‘close call’ que habría que mirar en ese momento”, sostuvo Vázquez Muñiz.
Dalmau, sin embargo, descartó que, de ser necesario, un proceso de destitución afectaría adversamente los preparativos de la CEE para las elecciones.
“En la transición de que eso ocurra lo que hay que insistir es que los comisionados electorales se convoquen en sesión permanente para tomar las decisiones administrativas, en consenso, y en comunicación con los supervisores de área de cada una de las divisiones. Si mañana faltara el juez Dávila, ¿la comisión no funciona? Por supuesto que sí. Hay que asumir unas posiciones de ejecución transitoria en lo que se designa un sucesor. Aquí se quiere dar la impresión de que si no está el juez Dávila la comisión está acéfala, pero este proceso de primarias demostró que hace meses la comisión está acéfala”, subrayó Dalmau.