Una de las fuerzas más importantes en la carrera política de Kamala Harris está ausente de su campaña para vicepresidenta: su madre. Hablando en el pleno del Senado de Estados Unidos por primera vez, Kamala Harris expresó su gratitud hacia una mujer en cuyos hombros ella se paró una vez. En su autobiografía, Harris mezcló detalles ben conocidos de su historial con una extensa oda a quien llamó “la razón para todo”. Al subirse al escenario para anunciar su precandidatura demócrata a la presidencia, la presentó como centrada en la compasión y los valores de la persona a quien da crédito por su espíritu luchador.
Aunque ha pasado más de una década desde que Shyamala Gopalan falleció, ella sigue siendo una fuerza en la vida de su hija cuando ésta asume una posición histórica en la fórmula demócrata junto con el candidato presidencial Joe Biden. Quienes conocen a la senadora por California esperan que su campaña para vicepresidenta incluya menciones reiteradas a la mujer que ella llama su mayor influencia.
PUBLICIDAD
“Ella siempre ha contado la misma historia”, dijo su amiga Mimi Silbert. “Kamala tenía un modelo importante y fue su madre”.
En miércoles, en su primera presentación como compañera de fórmula de Biden, Harris invocó el recuerdo de su madre, diciendo que ella siempre respondió a quejas con un reto. “Ella nos decía: ‘no se sienten a quejarse de las cosas. Hagan algo’ Así que hice algo”, dijo Harris.
Dejando claro el sentimiento de pérdida pese al optimismo del mayor momento de su carrera, Harris tuiteó el jueves: “Quisiera mucho que ella estuviera con nosotros esta semana”.
Los padres de Harris se conocieron como estudiantes de doctorado en la Universidad de California en Berkeley, en la década de 1960. Su padre, un jamaiquino llamado Donald Harris, estudiaba economía. Su madre —Syamala Gopalan— estudiaba nutrición y endocrinología.
Los dos jóvenes de pensamientos libres y atraídos al activismo estaban en el campus cuando estallaron protestas por los derechos civiles, la guerra de Vietnam y los derechos al voto. Sus senderos se cruzaron en esos movimientos, se enamoraron y se casaron.
PUBLICIDAD
Gopalan Harris desafió una tradición de generaciones al no regresar a India tras recibir su doctorado, dejando a un lado las expectativas de un matrimonio arreglado. Entonces dio a luz a Kamala y dos años después a Maya. Incluso con dos hijas pequeñas, sus padres continuaron su activismo.
En su autobiografía “The Truths We Hold”, Kamala Harris habla de cómo la casa de sus padres fue rociada con mangueras policiales, cómo fueron confrontados por la pandilla de los Hell Angels y, una vez, con la futura senadora en un cochecito, forzados a correr cuando estalló la violencia.
Unos pocos años después de haberse casado, los padres de Harris se divorciaron. La influencia de la madre en las niñas aumentó y los amigos de Harris dicen que ellos la ven reflejada en toda su vida.
Andrea Dew Steele recuerda que era claro desde el momento en que ellas se sentaron a preparar el primer volante de la primera campaña de Harris para un cargo público.
“Ella siempre hablaba sobre su madre”, dijo Dew Steele. “Cuando ella estaba viva era una fuerza y desde que falleció ha seguido siendo una fuerza”.
Joe Gray, que fue el jefe de Gopalan Harris en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, donde ella era una investigadora de cáncer, pasa trabajos para describir cómo una mujer de apenas 1,55 metros (5,1 pies) de estatura se las arreglaba para llenar una habitación con su presencia. Le sorprende cuánto Harris le recuerda a su madre.
“Yo solamente la veo en televisión, pero gran parte de la franqueza de Shyamala y su sentido de justicia social son evidentes”, dijo. “Siento el mismo espíritu”.
Lateefah Simon también lo sintió. Harris la contrató para la oficina del fiscal del distrito en San Francisco. En eventos, Simon venía a Gopalan Harris, siempre sentada en la primera fila, siempre orgullosa. Ella vio como madre e hija eran meticulosas con los más mínimos detalles, cómo trabajaban arduamente, pero mantenían un sentido de júbilo, cómo resonaban sus risas.
Una vez, dice Simon, Gopalan Harris le dijo que se fuera de un evento de recaudación de fondos porque ella vestía zapatos tenis, recordándole gentilmente: “Siempre nos debemos mostrar con excelencia”. Años después, ella escuchó ecos del mismo mensaje cuando Harris ofreció palabras de consejo para su amiga: “Amiga, limpia tus gafas”.
“Eso es ella diciendo: ‘Creo en ti y quiero que la gente vea lo que yo veo en ti’”, dijo Simon.
La influencia de la madre de Harris fue mucho mayor que la del padre. Éste y su madre se separaron cuando ella tenía 5 años y, aunque la senadora describió a su padre como un súper héroe en su libro para niños, hay indicios de frialdad en sus relaciones. La senadora dice que ellos tienen contactos esporádicos.
La singularidad del papel de su madre en su vida hizo su muerte aún más dura para Harris. La senadora dice que aún la siente constantemente.
“Aún se me hace un nudo en la garganta”, dijo en una entrevista el año pasado. “No importan los años que han pasado”.
Harris se imagina el orgullo de su madre cuando ella prestó juramento como fiscal del distrito en San Francisco. Ella recuerda su preocupación sobre mantener la compostura cuando dijo el nombre de su madre en su discurso de asunción como fiscal general de California. Piensa en su padre preguntándole a una enfermera en el hospicio si sus hijas estarían bien mientras ella sucumbía al cáncer.
“No hay título ni honor en la tierra que yo atesore más que decir que soy la hija de Shyamala Gopalan Harris”, escribió. “Esa es la verdad que más valoro”.