La Tierra tiene un asteroide menos del que preocuparse gracias a la investigación de un equipo internacional de científicos del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico.
El asteroide 2020 NK1 fue avistado a principios de julio por el equipo de estudio del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) de la Universidad de Hawái. Poco se sabía del asteroide, lo que hacía difícil predecir exactamente a dónde viajaría el mismo en el futuro. Se estimó que tenía 1,600 pies de diámetro, aproximadamente la longitud de cinco campos de fútbol. Antes de las observaciones de Arecibo, se calculó que el asteroide 2020 NK1 era una de las mayores amenazas de todos los asteroides conocidos en la lista de potencial impacto de la NASA, con cerca de una posibilidad entre 70,000 de impactar la Tierra entre 2086 y 2101.
El Grupo de Radar Planetario de Arecibo priorizó observar el 2020 NK1 cuando estuvo dentro del rango – dentro de 5 millones de millas – de los poderosos instrumentos dl Observatorio. En este caso, el período de tiempo fue breve, 30-31 de julio, casi al mismo tiempo que se esperaba que la tormenta tropical Isaías golpeara la isla.
El observatorio se cerró para prepararse para la tormenta, y tan pronto como pasó el equipo se puso en acción para detectar y estudiar el asteroide. Incluso cuando partes de la isla perdieron energía y aun se evaluaban los daños, el equipo de Arecibo pudo determinar la forma, órbita y el movimiento del asteroide.
“Afortunadamente, la tormenta pasó rápidamente sin que se produjeran daños en el telescopio o en el sistema de radar, y los equipos de mantenimiento y electrónica pudieron activar el telescopio a tiempo para las observaciones”, dice Sean Marshall, un científico del observatorio que dirigió el equipo durante las observaciones del radar.
El equipo de científicos y operadores del telescopio pudo observar el asteroide durante dos horas y media, recogiendo mediciones precisas de la velocidad y distancia del asteroide a la Tierra, así como imágenes de alta resolución del asteroide. “Estas mediciones mejoran enormemente nuestro conocimiento de la órbita de 2020 NK1 y permiten predecir su futuro paradero en las décadas venideras”, dice Patrick Taylor, científico tejano del Instituto Lunar y Planetario, parte de la Asociación de Universidades de Investigación Espacial (USRA), que participó en la observación a distancia.
Las observaciones mostraron que no se espera que el asteroide se acerque lo suficiente a la Tierra como para representar un peligro en el futuro, y que su mayor aproximación se producirá en 2043, cuando pasará a unos 2.25 millones de millas de la Tierra, o más de 9 veces más lejos que la Luna, concluyó el equipo.
Las imágenes de radar obtenidas revelan una forma alargada y un diámetro a lo largo de su eje más largo de aproximadamente 0.6 millas.
“Este evento fue un gran ejemplo del importante papel que el sistema de radar de Arecibo juega en las ciencias planetarias y la defensa planetaria. Demuestra que tenemos tiempos de respuesta muy rápidos y capacidades de medición de alta precisión de alcance, movimiento y tamaño, a pesar de las tormentas, la pandemia del COVID-19 y los terremotos con los que Puerto Rico se ha enfrentado este año”, dice Anne Virkki, la jefa del grupo de Radar Planetario del Observatorio de Arecibo.
2020 NK1 es uno de los muchos Objetos Potencialmente Peligrosos (PHO) que la NASA rastrea. Los asteroides se consideran PHO si son más grandes de 500 pies de diámetro y se acercan a 5 millones de millas de la órbita de la Tierra. Ningún PHO conocido representa un peligro inmediato para la Tierra, pero las observaciones como las realizadas en el Observatorio de Arecibo se utilizan para determinar sus futuras trayectorias y riesgos.
Arecibo dirige un programa apoyado por una subvención de la NASA para observar y caracterizar los objetos cercanos a la Tierra que representan un peligro potencial para la Tierra o que podrían ser candidatos para futuras misiones espaciales.
El observatorio alberga el sistema de radar planetario más poderoso y sensible del mundo, lo que significa que también es una herramienta única disponible para analizar los objetos cercanos a la Tierra, como asteroides y cometas. El conocimiento obtenido de las observaciones de radar ayuda a la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA a determinar qué objetos plantean riesgos importantes, y cuándo y qué hacer para mitigarlos. Los funcionarios de la NASA también pueden utilizar la información para determinar qué objetos son los más viables para las misiones científicas – aterrizar en un asteroide no es igualmente fácil para todos ellos.
Otros miembros del equipo que participaron en la observación por radar del 2020 NK1 fueron Flaviane Venditti, Israel Cabrera y Juan Marrero. Virkki y Dylan Hickson, también de Arecibo, participaron en el análisis de los datos.
La UCF administra el Observatorio de Arecibo en virtud de un acuerdo de cooperación con la Universidad Ana G. Méndez y Yang Enterprises Inc. El Proyecto de Radar Planetario de Arecibo está totalmente financiado por el Programa de Observaciones de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA a través de una subvención concedida a la UCF. Arecibo ha desempeñado un papel en el análisis de los objetos cercanos a la Tierra durante décadas, observando hasta 130 objetos por año.
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