La falta de personal, la burocracia del Departamento de Seguridad Pública (DSP) y la poca diligencia para completar tareas pendientes son tres de las fallas que se identifican en la carta que Thomas Von Essen, administrador regional de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), dirigió a la gobernadora Wanda Vázquez sobre factores que impedirían al Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Nmead) responder efectivamente a una nueva crisis en el país.
Von Essen, por ejemplo, detalla que, tras el huracán María, FEMA suplió a Puerto Rico unos 900 generadores eléctricos. Sin embargo, en los casi tres años que han transcurrido desde entonces, “la mayoría de estas instalaciones (específicamente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados), no tienen un sistema de resguardo energético o contratos para que se provea energía”, en caso de que la red de la Autoridad de Energía Eléctrica fallara nuevamente.
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El administrador de la región II de FEMA, con jurisdicción sobre Puerto Rico, también fustigó al Nmead por no haber completado un contrato para servicio de señal satelital que permita el funcionamiento de 127 unidades de comunicación por esta vía. La adquisición de teléfonos satelitales era uno de los elementos que Carlos Acevedo, despedido en enero como comisionado del Nmead, aseguraba permitirían una respuesta distinta a una emergencia de la magnitud del huracán María.
De acuerdo con Von Essen, la falta de un proveedor de servicio satelital “resulta en que la mayoría de los edificios gubernamentales no tengan la capacidad de comunicarse en emergencias. Según el punto de contacto del área de Comunicaciones del Nmead, la agencia está esperando por la aprobación del DSP para finiquitar un contrato de servicio satelital”.
La centralización de las operaciones administrativas del Nmead en la sombrilla del DSP, a su vez, es el motivo, según Von Essen, que impide que el organismo encargado de manejar las emergencias cuente con el personal para prepararse y responder adecuadamente a una crisis. Además de que buena parte de sus empleados han sido reasignados al DSP y muchos puestos permanecen vacantes, FEMA subraya que las contrataciones del Nmead deben atravesar la burocracia de la agencia sombrilla, lo que provoca un “retraso” a la hora de ejecutar contratos antes o después de un evento catastrófico.
FEMA señala también que la falta de independencia del Nmead dificulta que los gastos en compras y contrataciones realizadas en situaciones de emergencia puedan ser reembolsadas por las agencias federales.
Otras deficiencias identificadas en la misiva, con fecha del 14 de julio, apuntan a que el Nmead no tiene acuerdos por escrito con otras jurisdicciones de Estados Unidos para recibir asistencia en situaciones de desastre, que el comisionado de la dependencia no tiene acceso directo al gobernador, sino que pasa a través del secretario del DSP y que Nmead ni otras agencias “primarias” cuentan con un Plan de Continuidad de Operaciones.
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Esta mañana, en una entrevista en Radio Isla, el comisionado interino del Nmead, Nino Correa, aseguró que desconocía el contenido de la carta enviada a la gobernadora hasta que fue divulgado anoche por la cadena estadounidense CBS.
En la misiva, Von Essen le señala a la gobernadora que había discutido sus preocupaciones con el secretario de la Gobernación, Antonio Pabón Batlle, y el secretario del DSP, Pedro Janer, pero que tenía la impresión que los funcionarios no habían elevado el asunto hasta donde Vázquez.
Janer, desde su nombramiento en diciembre pasado, ha defendido la sombrilla del DSP.
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