Chicago – Jasmin Pierre tenía 18 años cuando trató de acabar con su vida, tomándose todas las pastillas que encontró. Se le diagnosticó depresión y ansiedad y sobrevivió a otros dos intentos de suicidio, algo que veía como la única forma de acabar con su sufrimiento.
Años de terapia la ayudaron a capear el temporal, pero a los 31 años esta mujer de raza negra enfrenta una combinación de peligrosos desencadenantes de estrés que golpean simultáneamente: El aislamiento durante la pandemia, la escasez de ayuda psicológica y los traumas raciales asociados con las reiteradas matanzas de personas negras por parte de la policía.
PUBLICIDAD
“Creo que mis trastornos mentales nunca estuvieron tan mal como ahora”, se lamentó Pierre.
Personal médico advierte que se podría avecinar una severa crisis por el brote de COVID-19 y el gobierno lanzó una campaña para prevenir suicidios. Pero los médicos y los investigadores dicen que estos problemas golpean con mayor severidad a las comunidades negras, que han sido afectadas en forma desproporcionada por el virus y han registrado un aumento en los intentos de suicido de los jóvenes.
Activistas piden al gobierno que preste más atención a los suicidios de personas negras y las iglesias buscan nuevas formas de lidiar con el tema de los suicidios en momentos en que las normas de distanciamiento social entorpecen el contacto entre la gente.
“Hay muchas muertes y gente que se queda sin trabajo. La gente está sufriendo mucho”, dijo Sean Joe, experto en el tema de los suicidios de personas negras de la Universidad de Washington de San Luis.
Los suicidios en general han aumentado. Unas 48.000 personas se suicidaron en Estados Unidos en el 2018, un 35% más que en 1999, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. El suicidio es la décima causa de muertes entre todas las edades. Y la segunda entre las personas de 10 a 19 años, superada solo por los accidentes.
PUBLICIDAD
Las últimas investigaciones muestran un alarmante aumento en las tasas de intento de suicidio de los jóvenes negros.
Los suicidios aumentaron un 73% de 1991 al 2017 entre los estudiantes negros de secundaria, mientras que los pensamientos suicidas y los planes de suicidio disminuyeron entre los adolescentes en general, de acuerdo con la revista Pediatrics de noviembre. Estos datos, combinados con preocupantes tendencias suicidas entre los menores de raza negra, hicieron que el bloque negro de la Cámara de Representantes emitiese un informe en diciembre diciendo que se enfrentaba una crisis.
Los expertos dicen que las razones de esto son complejas y requieren más estudios.
Los factores que impulsan suicidios incluyen depresiones, traumas o el que un padre se haya suicidado. En las comunidades negras, estos factores adquieren dimensiones especiales, ya que generalmente tienen índices de pobreza más altos, están mucho más expuestas a la violencia y su acceso a cuidados médicos es limitado.
La pandemia sacó a la luz estas disparidades.
Las tasas de fallecimientos por el COVID-19 son más altas entre las personas negras y el aislamiento por la pandemia les impide hacer funerales y congregarse con seres queridos. A esto se le suma el impacto de la muerte de George Floyd a manos de un policía, que provocó una campaña mundial contra el racismo.
“Tenemos que lidiar con el racismo, los estereotipos y la desigualdad; estamos llenos de vendas”, dijo Arielle Sheftall, autora de estudio Pediatrics. “Se siente como si nos hubiesen sacado el vendaje y todo el mundo te mira las heridas, mientras sangramos profusamente”.
Parte del problema es que se difundió la impresión de que el suicidio es un “problema de las personas blancas”.
El psicólogo de Michigan Alton Kirk, autor del libro “Black Suicide: The Tragic Reality of America’s Deadliest Secret” (El suicidio de los negros: La trágica realidad del secreto más letal de Estados Unidos), dice que las comunidades negras tendían a “negar el suicidio”.
“Habíamos sufrido demasiado. Sobrevivimos a la esclavitud, a la segregación y a tantas otras cosas”, manifestó. “Lo veían como una señal de debilidad”.
Si bien muchas actitudes han cambiado, persisten los obstáculos en el campo de la salud.
Por un lado, no hay suficientes terapeutas. Por el otro, los tratamientos generalmente responden a las experiencias de las personas blancas y a veces los terapeutas no están preparados para resolver los problemas específicos de la población negra.
“Cada vez que hay un episodio de brutalidad policial contra la población negra publicitado, aumentan las llamadas al Proyecto Trevor de prevención de suicidios.
“De entrada tenemos un punto de partida distinto porque te has pasado la vida combatiendo el racismo”, dijo Tia Dole, directora del servicio clínico del proyecto. “La gente tiene el tanque de recursos emocionales a mitad llenar por su identidad”.
La pandemia aumenta la incertidumbre de los sobrevivientes a intentos de suicidio.
“No sabes qué está pasando ni qué va a pasar”, dice Kiauna Patterson, quien se graduó en la Universidad Edinboro de Pensilvania este año tras sobrevivir a un intento de suicidio en el 2018, causado por el estrés que sentía al estudiar mientras tenía tres trabajos para mantener a su familia.
Desde que perdió el seguro médico como estudiante, medita todos los días y se enfoca en su objetivo de ser una comadrona.
“Tomas un día a la vez, tratando de controlar de algún modo lo que sucede a tu alrededor y de mantener la calma”.
Pierre usa sus experiencias para aconsejar a otros, de modo tal que no se sientan solos. Creó The Safe Place, una aplicación gratis que ofrece apoyo psicológico enfocado en las personas de raza negra al que se suscribió mucha gente durante la pandemia.
Donna Barnes, quien dirige la Organización Nacional para la Gente de Color Contra el Suicidio, dice que cuando su hijo se suicidó en 1990 se dio cuenta de que no había muchos recursos para las familias negras que sufrían ese trauma.
“Me tomó cuatro años volver a sonreír”, manifestó. “No fue fácil. Mi familia y mis amigos no sabían qué hace conmigo”.
La Trinity United Church of Christ, una influyente iglesia negra que alguna vez frecuentó Barack Obama, ofrece consejos vía chats y llamadas con Zoom.
El reverendo Otis Moss III habló del suicidio de su hermana, ocurrido en la década de 1990, durante un reciente podcast.
Dijo que la tecnología ofrece medios efectivos para comunicarse ahora que se cancelaron los servicios religiosos por la pandemia.
“Este es un buen momento para hacerle saber a la gente que muchos otros pasan por lo mismo que ellos”, manifestó el religioso, quien dijo que durante un tiempo se sintió culpable por el suicidio de su hermana, que padecía de esquizofrenia. “Aprendí a abrir agujeros en la oscuridad y a dejar entrar la luz”.
Te podría interesar: