Joe Biden presentó el martes un plan de 2 billones (trillions) de dólares dirigido a combatir el cambio climático y estimular el crecimiento económico, en parte mediante una reforma de la industria energética, con una propuesta para lograr una generación de energía completamente libre de emisiones de carbono para 2035.
“Son las inversiones más importantes que podemos hacer para la salud y vitalidad a largo plazo tanto de la economía estadounidense como de la salud y seguridad del pueblo estadounidense”, dijo Biden en declaraciones ante reporteros cerca de su hogar en Wilmington, Delaware.
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Biden reconoció que la economía está en “crisis” por la pandemia de COVID-19, pero señaló que ésta brinda una “oportunidad increíble, no sólo para volver a donde estábamos antes, sino para ser mejores, más fuertes y resistentes, y estar mejor preparados para los desafíos que tenemos por delante”.
El plan representa su intento más reciente de construir una agenda legislativa con medidas que podrían animar a los progresistas que sean escépticos de Biden, quien tuvo una campaña más centrista durante las primarias demócratas.
También refleja las ideas acogidas por algunos de los aliados más progresistas de Biden durante las primarias, como Jay Inslee, cuya campaña se centró en el cambio climático. Pero no va tan lejos como el Green New Deal, la amplia propuesta de los progresistas en el Congreso que pide lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en la economía para 2030.
En el plan, Biden promete gastar 2 billones de dólares en cuatro años para promover sus propuestas energéticas, una aceleración significativa respecto a los 1,7 billones en 10 años que propuso gastar en su plan climático presentado durante las primarias.
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La propuesta no incluye detalles específicos sobre cómo se pagaría. Funcionarios de campaña de alto rango, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir la estrategia, señalaron que requeriría una combinación de aumentos de impuestos a las empresas y a los ricos, así como un gasto deficitario dirigido a estimular la economía.
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Biden no habló sobre prohibir la quema de carbón o la fracturación hidráulica, un método para extraer petróleo y gas que desató un auge en el uso de gas natural en Estados Unidos en la última década. El tema es políticamente delicado en algunos estados clave como Pensilvania, y Biden limitó su oposición a nuevos permisos de fracturación durante las primarias.
En lugar de eso, el nuevo plan de Biden describe que la quema de petróleo, gas y carbón se reducirá con la ayuda de vehículos, transporte público, edificios y plantas de energía más eficientes.
Y en vez de prohibir los combustibles fósiles, se enfoca en tecnologías de captura de carbono que atrapen la contaminación por carbón y petróleo de las chimeneas de las plantas termoeléctricas. El candidato demócrata también acoge la energía nuclear, a diferencia de algunos de sus adversarios en las primarias. Pide impulsar las investigaciones sobre tecnologías energéticas aún en desarrollo, como la energía derivada del hidrógeno y el almacenamiento de la energía solar y eólica, para superar un inconveniente importante de esos recursos de energía libres de carbono que existe actualmente.
También incluye una porción centrada en la justicia ambiental, que incluye un requerimiento de que el 40% del dinero que quiere gastar en desarrollo de energías limpias, en la reducción de la contaminación heredada y otras inversiones se destine a comunidades históricamente desfavorecidas.
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