Johannesburgo — Los pubs reabrían sus puertas en Inglaterra el sábado en un esfuerzo por regresar a la normalidad, mientras que en Sudáfrica se alejaba de ella tras reportar un nuevo récord diario de contagios confirmados con un sistema de salud al limite.
“No lo arruinemos ahora“, dijo el primer ministro británico, Boris Johnson, mientras algunos ingleses acudían a restaurantes o barberías por primera vez en más de tres meses.
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Estados Unidos comenzó el fin de semana del 4 de julio con muchos desfiles y exhibiciones de fuegos artificiales cancelados, mientras las autoridades sanitarias advertían que el feriado será una prueba crucial del autocontrol de los estadounidenses. El número de casos confirmados aumentó en 40 estados, y el país batió otra marca el viernes con 52,300 nuevas infecciones, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En todo el mundo, más de 11 millones de personas se han infectado desde el inicio de la pandemia, de los cuales 2.7 millones están en Estados Unidos, según los datos de Johns Hopkins. La cifra real de contagiados se desconoce debido en parte a la falta de pruebas de detección.
En Sudáfrica, donde el alcance del coronavirus aumenta a medida que la pandemia se acelera en algunas partes de África, los casos confirmados superaron los 177,000 tras un récord de 9,063 en las últimas 24 horas.
Alrededor del 30% de los casos se localizaban en la provincia de Gauteng, donde están Johannesburgo y la capital, Pretoria, mientras la nación alivia las medidas de cuarentena por la presión económica.
Que el país más desarrollado del continente tenga problemas para contener la pandemia es un mal augurio para las naciones menos preparadas. El número de casos confirmados en las 54 naciones africanas supera los 433,000.
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Rusia superó los 10,000 decesos, y el grupo de trabajo nacional para el coronavirus reportó además 6,632 nuevos casos, para un total nacional de 674,515.
Por número de contagios, Rusia es el tercer país más afectado por la pandemia, solo por detrás de Estados Unidos y Brasil, pero su cifra oficial de fallecidos es menor que la de que muchos otros países. Las autoridades negaron las especulaciones de que las cifras están manipuladas.
En otras partes del mundo, las autoridades tomaron medidas especiales concretas en comunidades con rebrotes.
El estado australiano de Victoria cerró nueve torres de viviendas públicas, como ocurrió con otras tres en los suburbios de Melbourne, tras detectarse 108 nuevos casos. Daniel Andrews señaló que los 3.000 residentes en los inmuebles estarán bajo un “confinamiento estricto”, que supone que “nadie podrá entrar ni salir”.
En España, las autoridades de la región nororiental de Cataluña aislaron la región de El Segriá, próxima a la ciudad de Lleida y con más de 200,000 habitantes, luego de que se reportasen 60 casos en 24 horas, elevando el total de infecciones a más de 4,000 solo en esa región. Los nuevos brotes están ligados a trabajadores agrícolas en las zonas rurales.
Francia, por su parte, envió médicos a la Guyana Francesa, en Sudamérica, para ayudar a controlar las infecciones en una región donde la mitad de la población vive bajo el umbral francés de la pobreza. El número de contagios creció a medida que el virus se propagó por la vecina Brasil.