Al menos 285 niños han desarrollado un grave padecimiento inflamatorio vinculado al COVID-19 en Estados Unidos y, aunque la mayoría se han recuperado, aún se desconocen los posibles daños permanentes o a largo plazo, según dos nuevos estudios publicados el lunes.
Los documentos, contenidos en la versión de internet de la revista New England Journal of Medicine, proporcionan el reporte más exhaustivo a la fecha sobre el padecimiento.
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La enfermedad es conocida como un síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico. Es considerada poco común y rara vez tiene resultados letales. De los 285 niños en los nuevos estudios, seis de ellos han muerto.
Al incluirse casos en Europa, donde se reportó originalmente, alrededor de 1.000 niños de todo el mundo han resultado afectados, señaló un editorial de la publicación.
La definición de caso de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) incluye infecciones de COVID-19 actuales o recientes o exposición al virus; fiebre de por lo menos 38 grados Celsius (100.4° Fahrenheit) durante al menos 24 horas; enfermedad grave que requiera hospitalización; marcadores de inflamación en análisis sanguíneos, y evidencia de problemas que afecten al menos dos órganos, incluyendo corazón, riñones, pulmones, piel y otros.
Síntomas digestivos, como náuseas y diarrea, son comunes. Algunos pacientes han desarrollado síntomas similares a los de la enfermedad de Kawasaki, un raro padecimiento pediátrico que puede provocar inflamación y problemas cardiacos.
Al menos 35 estados han reportado casos, y parecen surgir pocas semanas después de los picos locales de infecciones de COVID-19, señaló la doctora Adrienne Randolph, del Hospital Infantil de Boston. Randolph es la investigadora principal en un estudio multiestatal que incluye a científicos de los CDC.
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El segundo reporte publicado el lunes incluye a 99 niños del estado de Nueva York, donde se presentaron los primeros casos en Estados Unidos.
En total, los documentos presentan 285 casos entre marzo y finales de mayo, pero Randolph asegura que se ha diagnosticado a más niños en Estados Unidos durante el mes de junio.
La mayoría de los pacientes tuvieron o padecen infecciones de COVID-19, pero anteriormente habían estado sanos.
Cerca del 80% de los niños en el estudio multiestatal tuvieron problemas relacionados con el corazón, incluyendo aneurismas coronarios —protuberancias en una arteria cardiaca que pueden resultar letales_.
“A esos casos se les necesita dar seguimiento”, declaró Randolph. “Es una cuestión de vida o muerte para muchos de los pacientes”.
La mayoría de los niños afectados no tenían otro problema de salud, aunque alrededor del 30% presentaban obesidad. El padecimiento también parece afectar de manera desproporcionada a niños hispanos y de raza negra.
La edad promedio de los pacientes es de 8 años. Los investigadores desconocen si los adultos pueden resultar afectados.