El gobernador del estado más poblado de Alemania impuso una cuarentena de una semana en un condado que ha registrado un gran aumento de casos de COVID-19 asociado a un matadero.
Más de 1.500 personas han dado positivo en el nuevo coronavirus en el matadero de Toennies, en Rheda-Wiedenbrueck, y miles de personas estaban en cuarentena para tratar de frenar el brote.
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Los residentes de Guetersloh y partes del condado vecino volverán a quedar bajo las mismas restricciones que había en todo el país en marzo y abril, durante las primeras fases de la pandemia, indicó el gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet.
Esto incluye limitar las reuniones en público a personas que ya conviven o dos personas de distintos hogares, dijo Laschet.
Cines, gimnasios y bares se cerrarán, aunque los restaurantes podrán seguir recibiendo clientes, en grupos de residentes en un mismo hogar. Hasta ahora el condado sólo había cerrado escuelas y guarderías
Las medidas se levantarán el 30 de junio si la situación ha mejorado, indicó Laschet, que evitó concretar en cifras cómo se mediría el éxito de las restricciones.
Antes del nuevo brote, Alemania fue elogiada de forma generalizada por su gestión de la pandemia. Un gran número de pruebas diagnósticas, el rastreo de casos y la preparación de los hospitales mitigaron el brote y lograron una tasa de mortalidad en Alemania cinco veces menor que la británica. Alemania ha confirmado 8.899 muertes por el virus.
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