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Yo no soy racista, pero...

Las respuestas sobre raza en el Censo ponen de manifiesto que la mayoría de los puertorriqueños tratan de invisibilizar su raza negra

La rica mezcla racial de los puertorriqueños, producto de la herencia indígena, española y africana, queda prácticamente invisibilizada por la forma en que las propias personas han contestado el Censo en el pasado

En el Censo del 2010, el 71.8 % de las personas en la Isla se identificaron como “blanco” y sólo un 12.4 % se identificó como “negro”. Un 3.3 % contestó que pertenece a dos razas o más.

Sin embargo, son pocos los puertorriqueños que se considerarían blancos según la definición de esa raza incluida en el Censo, aseguró el demógrafo Raúl Figueroa.

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“La persona debe mirarse bien, entenderse bien. La mayoría de nosotros no somos blancos de Europa. No usamos mucho esa variable porque no refleja la realidad y lo sabemos”, aseguró Figueroa en entrevista con Metro. Éste afirmó que en la pregunta del Censo sobre la raza las personas pueden marcar más de una opción, como por ejemplo, “blanco” y “negro”.

El demógrafo destacó la importancia de que las personas sean honestas al contestar el Censo. “Lo ideal sería tener la mejor característica de esa población y que esté bien contestada por las personas”, planteó.

Sobre las razones para que muchos puertorriqueños prefieran marcar el encasillado de “Blanco”, Bárbara I. Abadía-Rexach, profesora de Sociología en la Universidad de Puerto Rico expresó en un artículo de principios de año de The New York Times que “hay personas que no quieren usar la palabra negro porque les parece que es un insulto y porque todavía prevalece la idea de que necesitamos ‘mejorar la raza’”.

“No somos los ‘ciudadanos’ que creemos que somos”, afirmó –en el mismo artículo del Times– Kimberly Figueroa Calderón, integrante del Colectivo Ilé, una coalición de pedagogos y organizadores de Puerto Rico que hace campaña para que más puertorriqueños se identifiquen como negros en el censo de 2020. No obstante, opinó que la poca velocidad de respuesta del gobierno de Trump después del huracán María y de otros desastres naturales ha hecho que muchos puertorriqueños reconsideren su decisión de identificarse como estadounidenses blancos.

De hecho, el demógrafo Figueroa –quien reconoció que la forma en que está planteada la pregunta sobre la raza puede afectar la forma en que la misma es contestada– aseguró que personas se le han acercado para aclarar dudas sobre la misma, por lo que entiende que poco a poco se podrá recopilar información más certera.

Añadió que entre algunos de los efectos de que un grupo étnico no tenga la visibilidad adecuada en el Censo se encuentra que no se asignen fondos suficientes para programas dirigidos al mismo.

De otra parte, un análisis del 2017 del Centro de Información Censal de la UPR de Cayey mostró que la probabilidad de que una persona auto-clasificada como negra estuviese desempleada aumentaba 4 puntos porcentuales cuando se comparaba con una persona auto-clasificada como blanca. El estudio confirma que existe desigualdad por raza en la Isla.

Atrás la Isla en el Censo

El demógrafo Figueroa aseguró que hasta la fecha sólo el 10 % de los hogares en la Isla ha llenado el Censo de este año. Puntualizó que llenar el Censo es vital, ya que el mismo es la fuente de datos más importante que puede tener la isla pues se convierte en una herramienta para conocer no sólo la cantidad de habitantes sino sus características.

Con esa información se toman decisiones como la asignación de fondos federales a las comunidades en la Isla para escuelas, carreteras y servicios, entre otros.

Juan Marrero colaboró en esta historia.

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