Varios periodistas alarmados por docenas de incidentes en que los reporteros han sido baleados, maltratados, rociados con gases o arrestados cuando cubrían protestas desatadas por la muerte de George Floyd están llevando sus casos a los tribunales.
Un periodista independiente, con apoyo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), presentó el miércoles una demanda federal contra la ciudad de Minneapolis, y docenas de organizaciones noticiosas exhortaron a las autoridades de esa urbe a que le permitan a la prensa hacer su trabajo sin impedimentos.
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Las manifestaciones se han propagado por el país luego de la muerte de Floyd la semana pasada después de que un policía de Minneapolis le oprimiera el cuello con la rodilla durante varios minutos.
Una organización ha registrado más de 230 incidentes que han afectado a periodistas desde la muerte de Floyd. The Associated Press grabó imágenes del momento en el que dos de sus reporteros son empujados e insultados por policías de Nueva York cuando documentaban arrestos el martes en la noche después de que entrara en vigor un toque de queda. Los periodistas que cubren estos hechos están exentos de dicha medida.
“La prensa está siendo agredida en nuestro país”, afirmó el fotógrafo independiente Jared Goyette en la demanda de la ACLU.
Goyette fue alcanzado en la cara el miércoles por una bala de goma disparada por la policía, según la demanda. En el texto judicial se documentan las acusaciones de más de 30 personas agredidas por las fuerzas del orden a pesar de que se identificaron claramente como periodistas que hacían su trabajo.
La periodista independiente Linda Tirado perdió un ojo debido a un disparo a la cara. A Ali Velshi, de la MSNBC, le dispararon después de que se identificara como periodista y le dijeran: “no nos importa”. Michael Adams, de la revista Vice, fue arrojado al suelo por policías y le rociaron gas pimienta a centímetros de distancia, según su denuncia.
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El fotógrafo Lucas Jackson, alcanzado por aerosol pimienta y balas, dijo a los abogados que “ya he sido agredido antes porque he estado en el lugar equivocado. Nunca me habían agredido tan deliberadamente en tantas ocasiones mientras lo evitaba”.
En respuesta a la demanda, el abogado de la ciudad de Minneapolis, Erik Nilsson, dijo: “Revisaremos las acusaciones y las consideraremos seriamente. Continuamos apoyando los derechos de todos en Minneapolis previstos en la Primera Enmienda” constitucional.
Muchos de los incidentes ocurrieron después de que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, luego del arresto y la liberación inmediata el viernes del reportero Omar Jimenez de la CNN, dijera en una conferencia de prensa que “debemos garantizar que los periodistas tengan un lugar seguro para narrar esta historia”.
Las afirmaciones de Walz “no tuvieron ningún efecto”, denunció la ACLU.