El futuro del sector minorista post-pandemia en Estados Unidos luce ligado tanto con las firmas que venden en gran medida productos por internet como con las cadenas tradicionales de tiendas en grandes superficies.
Por lo pronto, los inversionistas de Wall Street ya están colocando sus apuestas en los minoristas especializados en el comercio electrónico y en las tiendas que han marcado trayectoria con las ventas en línea.
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Ello implica malos augurios para cadenas de tiendas como Macy’s y Nordstrom, pero buenas perspectivas para Walmart, Target y Amazon, según los analistas.
La razón más obvia es que las tiendas de grandes superficies como Target y Walmart están sorteando mejor la coyuntura de la pandemia, mientras que las cadenas de tiendas por departamentos que regularmente se sitúan dentro de centros comerciales y que no venden productos básicos, como Macy’s, se han visto obligadas a cerrar.
Por el simple hecho de ser tan grandes y de vender una amplia gama de productos —desde comida hasta ropa—las tiendas de grandes espacios fueron consideradas negocios esenciales y se les permitió permanecer abiertas durante la emergencia sanitaria.
Incluso es probable que los clientes, en estos tiempos de nerviosismo ante la cercanía física, prefieran esas tiendas grandes con sus espacios amplios y pasillos anchos.
Por otra parte, esas tiendas llevan años armando redes de distribución y sistemas de ventas digitales, haciéndole más fácil a sus clientes pedir productos por internet y recogerlos todos en un sitio específico de la tienda o bien recibirlos en casa.
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Lo más probable es que la mayoría de la gente siga haciendo sus compras por computadora o smartphones, aun después de que las tiendas físicas reabran. Ello dejará a las compañías que tienen tanto tiendas físicas como ventas en línea en mejor posición para aprovechar la recuperación económica, según un análisis de la firma Euler Hermes.
Esa tendencia podría dificultarles recuperarse a las tiendas por departamentos que se concentran en ropa y accesorios después de haber sufrido un duro golpe económico durante la pandemia.
“Las tiendas de ropa y calzado en Estados Unidos están atravesando una transformación sísmica que hundirá a los actores más débiles y repercutirá hasta bien entrado 2021”, expresó en un reporte Raya Sokolyanska, analista de Moody’s.
La pandemia de coronavirus llevó este mes a la bancarrota a un J.C. Penney que ya estaba luchando. Fue el cuarto mayor minorista en tomar esa medida desde que ocurrió la pandemia, junto con Neiman Marcus, J.Crew y Stage Stores. Ellos ya estaban luchando con la competencia entre sí, puesto que muchos de sus centros comerciales tenían menos tráfico peatonal. La competencia que sufrieron de parte de las tiendas de grandes espacios y de los minoristas en línea como Amazon añadió aún mayor presión a sus resultados.
Mientras tanto, muchos de los grandes almacenes tienen ahora menos dinero para invertir en nuevas operaciones, incluyendo sus capacidades digitales y de distribución.
“Esto aumentará aún más la prioridad de las inversiones en el sector digital, ampliando la brecha entre las empresas que tienen medios para invertir y las que tienen recursos financieros limitados”, según Moody’s.
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