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Gobernadora evalúa reabrir galleras, a pesar de prohibición federal

La prohibición de las peleas de gallo y las galleras se implementó por virtud de la cláusula territorial de la Constitución de los Estados Unidos, pese a los reclamos de la industria local.

PELEA DE GALLOS EN LA GALLERA, CLUB GALLISTICO DE NAGUABO, NAGUABO. FOTO DENNIS A. JONES METRO PR 1 DE ENERO DE 2018 (DENNIS A. JONES)

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Pese a que el 20 de diciembre del año pasado entró en vigor la Ley de Agricultura y Nutrición (“Farm Bill”) que prohibió las peleas de gallos en todos los estados y territorios de los Estados Unidos, la gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez Garced, anunció esta tarde que se encuentra “evaluando” el reinicio de esta industria en Puerto Rico.

El anuncio lo llevó a cabo esta tarde —cercano al mediodía— a través de su cuenta de Twitter.

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“A todos los galleros, les informo que estamos evaluando el momento para el reinicio de sus operaciones. Queremos que esta importante industria cultural y económica regrese a la acción con las medidas necesarias, nuestro apoyo a ustedes sigue firme”, expresó la gobernadora.

Pocos días antes de que el estatuto federal entrara en vigor, la gobernadora firmó el Proyecto de la Cámara 2330 el cual enmendó la Ley 98-2007 para extender las licencias de las galleras a dos años. Esta medida prohibió la importación o exportación de pollos o gallos de pelea.

Igualmente, la firma que estampó sobre esta ley ordenó automáticamente un estudio sobre los efectos de la prohibición de esta industria en Puerto Rico del que, hasta el momento, no se ha comunicado nada al respecto.

La gobernadora también firmó la Resolución Conjunta del Senado 459 en búsqueda de que la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, gestionara en el Congreso de los Estados Unidos el que otorgasen a Puerto Rico un periodo de transición de cinco años para que el estatuto federal tuviese efecto.

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El estatuto federal se implementó en Puerto Rico por virtud de la cláusula territorial de la Constitución de los Estados Unidos, pese a los reclamos de la industria local. La cláusula otorga al Congreso de los Estados Unidos el poder de reformular todos los reglamentos que sean necesarios para los territorios, tal como lo es la isla.

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