Sectores de la economía de Nueva York regresan gradualmente a la vida a partir del viernes, con la autorización de trabajos de construcción, manufactura y menudeo en aquellas partes del estado alejadas de la ciudad de Nueva York, aún afectada por la pandemia de COVID-19.
Las pequeñas localidades y zonas rurales del norte del estado no han sufrido los embates más fuertes del coronavirus. El gobernador Andrew Cuomo autorizó su reapertura gradual, sector por sector.
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La primera ola incluye el comercio minorista —aunque sólo para recoger mercadería en la acera o en la tienda—, la construcción y la manufactura.
El gobierno de Cuomo dividió el estado en 10 regiones que reabrirán en distintas fechas. Para mitigar las restricciones, una región debe cumplir con siete criterios que demuestren que han bajado las muertes y hospitalizaciones por COVID-19 y que tiene suficientes camas de hospital si se produce un nuevo brote. Cada región debe tener un programa de pruebas de COVID-19 y rastreo de contactos.
Las cinco regiones que reabrieron el viernes abarcan una amplia franja del centro del estado. Están excluidas la ciudad de Nueva York, Long Island y el valle del Hudson en el costado oriental y la región de Buffalo en el occidental.
La actividad considerada esencial de construcción, manufactura y comercio minorista ha continuado en Nueva York durante la cuarentena. Alimentos, vino y otros bienes se han podido adquirir desde las aceras.
Si el contagio sigue controlado durante la reapertura inicial, otros negocios podrán abrir en las próximas semanas, como oficinas de servicios profesionales y seguros. Esa fase incluye los restaurantes y finalmente las artes, espectáculos, recreación y educación.
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Además de las reaperturas regionales, Cuomo autorizó la de algunos sectores en todo el estado, en particular las actividades propias del verano, como la jardinería y los cines al aire libre.
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