La conmemoración del Día Internacional del Trabajador en los pasados tres años ha estado marcada por algunas de las movilizaciones más concurridas en la memoria reciente del país, las protestas a las gestiones del gobierno y la Junta de Control Fiscal y la estela de heridos y arrestos que han dejado los choques entre manifestantes y la Policía.
En esta ocasión, el 1 de mayo llega justo cuando Puerto Rico se acerca a la fecha que oficiales del Departamento de Salud han asegurado será el pico de contagios de Covid-19 y a más de mes y medio de que comenzara una cuarentena que ha mantenido a la mayoría de los habitantes confinados en sus hogares prácticamente las 24 horas del día.
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Y aunque los métodos de hacerse sentir serán muy distintos, líderes de varios de los principales sindicatos del país garantizaron que el reclamo se mantendrá latente, particularmente en el contexto de un gobierno que ha recibido amplias críticas por la forma en que ha manejado la crisis del coronavirus.
“El espacio de los trabajadores y trabajadoras siempre es la calle. Esta vez hemos tenido que acudir al espacio virtual para poder denunciar los diferentes atropellos que se están cometiendo con trabajadoras y trabajadores del país que están activos durante la pandemia”, sentenció la secretaria de organización de la Unión General de Trabajadores, Mayra Rivera Cordero.
Una decena de organizaciones obreras, a través de la página “Primero de Mayo PR” en Facebook, se ha encargado de llevar el mensaje a lo largo de la pasada semana, una tendencia que continuará a lo largo del día de hoy, con una serie de discursos de líderes sindicales transmitidos a partir del mediodía. La jornada tendría su punto cumbre con un cacerolazo masivo a eso de las 6:30 p.m.
“Como siempre, se hace el llamado a enfrentar la corrupción que está imperando en el gobierno. Seguimos arrastrando el verano del 2019, seguimos encontrando vagones y almacenes. Son una serie de eventos que van en contra de la buena gobernanza de un país que constantemente ve impunidad”, dijo por su parte la presidenta de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Jannell Santana Andino.
Nadie puede negar que –entre huracanes, terremotos y pandemias– Puerto Rico se ha enfrentado a una realidad caótica en los pasados tres años, que han puesto un signo de exclamación a cerca de 15 años de marcados por la contracción económica y un ciclo de emigración masiva.
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Pero este Día Internacional del Trabajador es, además, el primero desde que el pasado verano las movilizaciones ciudadanas forzaron la renuncia del entonces gobernador, Ricardo Rosselló. La salida del exmandatario, sin embargo, no ha resultado en un cambio notable en el modelo de gobernanza bajo la administración de Wanda Vázquez, la secretaria de Justicia bajo Rosselló, opinó David Muñoz, líder del Sindicato de Trabajadores de la UPR.
“Cuando un gobernante utiliza (la crisis) como punta de lanza para someter a un pueblo a su capricho y gobernar mediante decreto, la clase trabajadora tiene que decir que no, sin importar la situación. Creo que en eso se diferencia de lo que había ocurrido en el pasado, nunca había ocurrido que la economía completa del país se ha detenido. Y la única razón por la cual eso continúa es que políticamente la persona que ocupa la gobernación continúa estirando eso hasta más no poder para cumplir con sus propias aspiraciones personales de legitimar su poder que hasta ahora es ilegítimo”, manifestó Muñoz.
Para el presidente del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores, Roberto Pagán, las experiencias de la sociedad puertorriqueña en los últimos años deberían servir para impulsar un cambio en la mentalidad colectiva.
“Yo esperaría que los que vivimos en Puerto Rico hayamos cambiado la manera de mirar la forma en que se gobierna y la necesidad de cambiar el sistema político. En el caso nuestro tenemos un sistema bipartidista que no ha sabido resolver los problemas más apremiantes del país y la administración actual es una vergüenza. Todos sabemos lo que se intentó hacer con las pruebas de coronavirus, los $38 millones que se trataron de embolsillar”, sostuvo el veterano líder obrero, quien además recalcó la lentitud de las agencias gubernamentales en procesar ayuda directa a ciudadanos que, en tiempos de cierre comercial, dependen de ellas más que nunca.
El arresto en la mañana de ayer del fundador de Comedores Sociales, Giovanni Roberto, mientras denunciaba la falta de acceso a alimentos de miles de familias en el país trajo recuerdos de algunas de las situaciones que han encarado ciudadanos en las más recientes movilizaciones del Primero de Mayo.
“La Policía no puede abrogarse facultades que en ley no tiene. Los trabajadores tenemos la capacidad y el ingenio para desarrollar nuestras actividades en múltiples vertientes y llevar nuestro mensaje de forma creativa sin violentar las normas establecidas para la protección de los participantes y de la comunidad o el lugar donde desarrollen las mismas”, dijo Rivera Cordero mientras el activista se mantenía detenido en un cuartel de Hato Rey.
Roberto no sería liberado hasta entrada la noche.
La Policía, además, anunció que cerraría el acceso por al menos seis vías cerca de la Milla de Oro, la zona que ha sido el corazón de las protestas en pasados años y escenarios de los violentos encontronazos entre manifestantes y la Uniformada. La acción fue inmediatamente repudiada por organización como el Capítulo de Puerto Rico de la Unión Americana de Libertades Civiles.
“El país se ha indignado a la luz de lo que es la administración de gobierno. La gente está viendo que yo puedo hacer la barbaridad más grande del mundo pero salgo impune. No ha cambiado el hecho de que los administradores no trabajan para ni por el pueblo. Se trabaja en beneficio personal o para beneficiar a terceros. El trabajo para el país no existe, y me parece que el país se ha dado cuenta de eso y creo que muchas cosas pueden cambiar pronto”, puntualizó Santana Andino.
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