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Dar a luz en tiempos de pandemia

En pleno distanciamiento físico, profesionales materno-infantil detallan los cuidados especiales que han tenido que recurrir para asistir a las mujeres en traer bebés al mundo

Aunque Milady Santana se convirtió en madre por primera vez hace más de una semana, ningún miembro de su familia conoce a su primogénito y así será hasta que termine la cuarentena.

Las únicas tres personas que ven al bebé son “mamá, papá y abuela”, según contó Santana en entrevista con Metro. Esta última les ha asistido en la experiencia en la que han tenido que tomar cuidados especiales para prevenir contagiarse con la enfermedad del Covid-19.

“No beso mucho a mi bebé, no he podido ver mis familiares. Es de las peores cosas que se pueden experimentar, que no pueda ver a la familia hasta que esto pase”, narró la joven que tuvo su parto en un hospital de San Juan, acompañada por su pareja y un grupo de profesionales, todos protegidos con equipo especial. No le hicieron la prueba del COVID-19 y nunca presentó síntomas, pero recordó que le hicieron un cernimiento tomándole la temperatura y haciéndole preguntas sobre viajes, salidas y sobre si había presentado fiebre en el embarazo. Añadió que desinfectaron la sala de parto previo a que le practicaran la cesárea de emergencia, y tuvo que tener mascarilla en todo momento.

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Su retoño llegó al mundo el 22 de abril en horas de la tarde y desde entonces, “hasta que todo se acabe quedamos en que todo (contacto con la familia) sea por videollamada, que es bien difícil, creo que es la parte más difícil de todo”.

Como medidas de prevención, relató que si salen de la casa, cuando regresan, se quitan la ropa fuera de su residencia y se bañan en un baño que ubica a las afueras de su hogar. Aunque no planificó tener un baby shower, ha recibido regalos que desinfecta antes de abrirlos y utilizarlos. Ya el bebé tuvo su primera visita al pediatra, que también tiene protocolos de distanciamiento para recibir a los pacientes. Santana explicó que le permitieron entrada a ella y su esposo únicamente para la primera visita, pero las siguientes deberá ir ella sola por razones de protocolo del COVID-19. Destacó que al ser madre primeriza también ha sacado partido de la información en internet para educarse sobre temas de cuidado maternales o a través de llamadas a profesionales de la salud.

Partos en el hospital vs parto en casa

A más de 45 días de la emergencia del nuevo coronavirus se han modificado las prácticas de cuidado prenatal y maternal, ya sea en casa o en el hospital. A pesar de la pandemia, ambas opciones se presentan como partos seguros. Metro consultó a dos expertos en ambas áreas, la partera profesional certificada Dialis Camacho, y al obstetra y presidente de ProGyn, Nabal Bracero, quienes sostuvieron, en entrevistas separadas, la importancia de que las decisiones del parto sean tomadas por la embarazada.

Camacho aseguró que la demanda por parteras ha aumentado por temor al contagio. “Diría que a mediados o finales de marzo empezaron a surgir las llamadas, mensajes por Facebook y redes sociales de mujeres buscando esas opciones porque no se sienten segura de dar a la luz en el hospital”, explicó Camacho. Detalló que da alrededor de tres a cuatro consultas al día y “cada día recibo más”. Su práctica es en Florida donde entre mayo a octubre está llena de casos. “Esto ha abierto las puertas a las mujeres que apenas están comenzando en el embarazo a decir ‘no había contemplado esta opción, esto es algo que es seguro’ y entonces llaman y buscan información, y después de medir los pros y los contras, toman una decisión”, precisó la fundadora de Nacer Midwifery. Camacho ha disminuido las visitas presenciales, como medida ante la emergencia, y cuando va a asistir un parto utiliza equipo especial.

Por su parte, el obstetra Bracero aseguró que “por el lockdown estamos trabajando con hospitales que están vacíos, así que el tiempo más seguro para dar a luz en los hospitales es ahora”.

“Los hospitales están todos de la mano con nosotros tratando de ponerse al día con lo que va surgiendo de información. Están haciendo esfuerzos dramáticos para convertir áreas en lugares de aislamiento”, expuso el obstetra. En ese sentido, explicó que si la madre no presenta síntomas, se trata de continuar con el protocolo lo más tradicional posible. No obstante, cuando presentan síntomas “hay que poner restricciones un poco más fuerte en términos de evitar la propagación del virus”. En ese sentido, ProGyn se mantiene ofreciendo educación a las embarazadas sobre qué hacer como precaución y qué hacer en caso de presentar síntomas. La entidad hace cada dos viernes transmisiones en vivo que son compartidas en el Facebook de Metro Puerto Rico.

A raíz del reclamo de ProGyn, más de 30 hospitales están dejando que un acompañante asista al parto. Igualmente, buscan crear un registro de embarazadas para que los obstetras reporten los casos positivos y se persigue que a todas las embarazadas se les haga la prueba a las 37 semanas. De acuerdo con datos ofrecidos por Bracero, se estima que hay alrededor de menos de cinco embarazadas positivas y una de ellas ya dio a luz la pasada semana en el Manatí Medical Center.

Menos nacimientos

Si bien dar a luz es una decisión importante en la vida de cualquier ser humano, la tasa de natalidad continúa disminuyendo cada vez más.

En lo que va de toque de queda no ha sido la excepción pues desde el 16 de marzo hasta el 28 de abril el Registro Demográfico había reportado 668 partos de los cuales tan solo cuatro fueron en la casa. El año pasado, a la misma fecha, se reportaron 2,176 nacimientos, de los cuales 13 fueron en la casa. En ambos años los partos en la casa representan menos del 1 %.

Camacho explicó que en Puerto Rico no existe una ley que reconozca la práctica de la partería por lo que las aseguradoras médicas no cubren el servicio.

La embarazada, entonces, debe cubrir la totalidad de los gastos de los partos en casa, que fluctúan entre $1,500 a $3,000. Sin embargo, en el estado de Florida y otros estados tanto los planes médicos y el plan gubernamental cubren los costos porque hay leyes que reconocen a las parteras como proveedoras de un servicio de salud.

“Puerto Rico en eso se ha quedado atrás”, expuso Camacho.

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