El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que los estados deberían “considerar seriamente” la reapertura de escuelas públicas antes de que termine el curso escolar, a pesar de que docenas ya han dicho que tener de vuelta a los alumnos antes del verano o el otoño no sería seguro.
Trump hizo sus comentarios en una llamada con gobernadores en la que se habló sobre cómo reactivar sus economías, entre otros temas.
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“Puede que algunos de ustedes empiecen a pensar en la apertura de escuelas, porque mucha gente va a querer la apertura de escuelas. No es un tema importante, los niños pequeños se han arreglado muy bien en este desastre por el que hemos pasado todos”, dijo. Dirigiéndose al vicepresidente, Mike Pence, añadió que era un tema “que pueden considerar seriamente, y quizá empezar a hacer”.
Ninguno de los gobernadores en la llamada respondió a la sugerencia, según una grabación a la que tuvo acceso The Associated Press.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) trabajaban para completar los lineamientos para reactivar la economía. Para las escuelas, eso incluía colocar las mesas de los alumnos con dos metros (6 pies) de separación, servir las comidas en el aula en el lugar de la cafetería y cerrar los patios de juegos.
Reabrir las escuelas está considerado como una medida clave para reactivar la economía. Sin un lugar seguro donde dejar a sus hijos, muchos padres tendrán dificultades para volver a trabajar.
Sin embargo, algunos responsables de educación señalaron que reabrir los centros tan rápido conllevaría un gran riesgo con pocos beneficios, especialmente dada la cercanía del final de curso.
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“¿Van a reabrir para dos semanas? ¿Tres semanas?”, preguntó Daniel Domenech, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Administradores de Escuelas. “No es lo correcto. Especialmente cuando implica la seguridad y el bienestar de nuestros alumnos”.
Las escuelas de todo el país cerraron durante la pandemia y docenas de estados han ordenado que permanezcan cerradas el resto del curso escolar. Solo unos pocos han hablado públicamente de abrir antes, como Montana, que permitirá a los distritos escolares reanudar las clases presenciales el 7 de mayo.
Si las escuelas reabren demasiado rápido y terminan extendiendo el coronavirus, los centros podrían incurrir en responsabilidades legales, dijo Francisco Negrón, director legal de la Asociación Nacional de Juntas Escolares. Y si bien los casos de COVID-19 han sido leves entre los niños estadounidenses, muchas escuelas tienen alumnos con problemas de salud que les hacen vulnerables, señaló.
Domenech, de la asociación de administradores de escuelas, señaló que el borrador de recomendaciones de los CDC plantea complicaciones logísticas considerables. Intentar mantener a los alumnos más pequeños separados por dos metros podría ser imposible, señaló, y muchas escuelas tienen tantos estudiantes que incumplirían los límites propuestos a las aglomeraciones.
Aun así, los centros estudian cómo limitar la interacción entre los alumnos, por ejemplo haciendo que no todos los estudiantes asistan a la vez, quizá con turnos de mañana y tarde. Mientras estén en casa podrían seguir recibiendo clases por internet, dijo Domenech.
“Todo el mundo quiere tener de vuelta a los chicos”, dijo. “Comprendemos el impacto que tiene esto en la economía. Hay padres que trabajan y necesitan que sus hijos estén a salvo y en un entorno escolar para poder volver al trabajo. Más pronto o más tarde, las escuelas tendrán que reabrir. La cuestión es cómo”.
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