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Vinculan a La Fortaleza con varias compras del Departamento de Salud

En las vistas camerales se revelaron varias comunicaciones de Adil Rosa con la subsecretaria de la Gobernación, Lilliam Sánchez, y Mabel Cabeza

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Funcionarias de La Fortaleza, entre ellas la subsecretaria de la Gobernación, Lilliam Sánchez, y la ex ayudante especial Mabel Cabeza, tenían conocimiento de los procesos de compra que llevaba a cabo el Departamento de Salud durante la emergencia del coronavirus.

Durante el testimonio de la directora interina de compras de la agencia, Diana Meléndez, el presidente de la Comisión cameral de Salud, Juan Oscar Morales, reveló unos correos electrónicos en los que ambas funcionarias estaban copiadas. En dichos correos, Adil Rosa Rivera, la ex secretaria auxiliar de Administración del Departamento de Salud, le solicitaba a la secretaria del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Carmen Salgado, que certificara que un suplidor era el único que podía proveer un modelo específico de ventiladores.

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Meléndez, quien dirige interinamente el área de compras en Salud desde noviembre pasado, no pudo explicar qué ameritaba la intervención del DACO en un proceso de compra.

Sin embargo, según la empleada, Rosa Rivera le había explicado verbalmente que la participación de DACO era necesaria para que la compañía Puerto Rico Sales & Medical Services diera prioridad al Departamento de Salud en la entrega de unos 25 ventiladores que llegarían en barco a la isla, en lugar de a una institución hospitalaria.

En otro correo electrónico del 23 de marzo que presentó Morales, Rosa Rivera presuntamente le escribió a Cabeza y Sánchez sobre una cotización de pruebas serológicas de Covid-19 que había recibido Salud. En la comunicación, según el representante, Rosa Rivera le indicaba a las funcionarias de La Fortaleza que el precio de las pruebas era bueno pero que dudaba de la confiabilidad del producto.

La intervención de La Fortaleza “no era normal”, dijo Meléndez a preguntas de Morales.

Meléndez reconoció que la empresa Globex envió varias propuestas para vender pruebas rápidas, incluyendo una cotización de 500,000 unidades por $10 cada una. Ese precio era inferior al de otras pruebas que el gobierno ha comprado desde que comenzó la emergencia.

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De acuerdo con Meléndez, a su entender, la razón por la que se compraron pruebas a empresas como 313 LLC, por $36 y $45, a Apex General Contractors, por $38, y a Castro Business, por $13, se debió a que estas prometían traerlas en menos tiempo que Globex.

Ante esa respuesta, Morales puntualizó que 313 LLC se retrasó en la entrega de cerca de 100,000 pruebas serológicas, y que el secretario de Salud, Lorenzo González, ha mencionado que se encuentra negociando para reducir el precio de la compra.

Apex tuvo contrato en Hurra

Además de obtener el contrato para suplir un millón de pruebas serológicas de Covid-19, Meléndez señaló que la empresa Apex General Contractors también tuvo a su cargo el acondicionamiento de 20 cuartos de aislamiento en el Hospital Universitario Ramón Ruiz Arnau (Hurra), en Bayamón, de forma que estuvieran listos para recibir pacientes críticos del virus.

El propio secretario González, a inicios de abril, reconoció que dichos cuartos no estaban listos para atender pacientes.

Morales dijo que en 2009, durante la emergencia del virus AH1N1, la empresa ya había obtenido un contrato para darle mantenimiento a estos cuartos, luego de que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades otorgara unos fondos para ese propósito.

“Desde 2009 esos cuartos estaban preparados con presión negativa. Lo que quiere decir que desde 2009 no se le dio mantenimiento adecuado a esos cuartos a pesar de que ustedes tenían a Apex dando mantenimiento a esos cuartos en Bayamón”, subrayó Morales.

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