La joven natural de Yauco, Frances Vélez Vega, se convirtió hace unos días en la primera donante de plasma convaleciente en Puerto Rico que se recuperó del coronavirus. Este, fue usado para hacerle una transfusión a un paciente que se encuentra hospitalizado en estado crítico en San Juan.
En entrevista con Fernán “El Nalgorazzi” Vélez, la joven de 24 años que reside en San Juan, dijo estar completamente recuperada y “feliz porque voy a ser parte de otra vida. Tenemos que ayudarnos unos a otros”.
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Luego de 14 días de no presentar síntomas, Vélez Vega contó que se le realizó una segunda prueba de COVID a la que dio negativo. Cuando le informaron los resultados, también le comentaron de la posibilidad de donar su plasma y ella no dudó en aceptar.
En cuanto al proceso, la también técnica veterinaria explicó, que es muy parecido a donar sangre. Luego de haber extraído el plasma, se vuelve a introducir la sangre que habían sacado.
“Se siente brutal saber que puedo sacar una persona que esté en medio de la muerte por el COVID”, expresó.
Vélez Vega dijo que aunque no está segura, lo más probable es que se haya contagiado en el Día Nacional de la Zalsa, donde trabajó como bartender.
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Luego de que se le dio el primer diagnóstico, la joven aseguró que “yo pensaba que me iba a morir o voy a salir con gasto médico de 35 mil dólares”.
Sin embargo, luego de semana y media de fiebre y dolor de cabeza, comenzó a presentar mejoría.
Por otro lado, su pareja, quien también dio positivo a la enfermedad, ya se encuentra recuperado.
“Lo más difícil es mantenerse dentro de su casa sin poder hacer nada. Estuve en mi cuarto con los primeros síntomas por miedo a que mi hermana se contagiara. Es difícil pero se puede”, continuó.
A pesar de que no sabe quien es el paciente al que su plasma benefició, indicó que espera su pronta recuperación del virus.
Vélez Vega recibió la primera prueba de coronavirus en el servi-carro de San Juan e hizo la cita a través de la línea del COVID.
El plasma, es la parte líquida de la sangre donde se encuentran los anticuerpos que podrían ser utilizados en otros pacientes. Esta práctica comenzó a ser probada en hospitales de Estados Unidos y hoy han mostrado ser una buena técnica de mejoría para los infectados.