El Agente Especial a Cargo de la División de San Juan del Negociado Federal de Investigación (FBI por sus siglas en ingles), Rafael A. Riviere Vázquez, advirtió a la ciudadanía sobre fraudes o tentativas de fraude, relacionadas a la pandemia de COVID-19.
“Nos encontramos ante un evento sin precedentes en Puerto Rico y los Estados Unidos. Sabemos la ansiedad e incertidumbre que esto provoca y lo sabemos, porque la estamos viviendo todos juntos. Lamentablemente, existen personas sin escrúpulos que utilizan la tragedia humana para lucrarse. Eso es lo que está comenzando a ocurrir y le tenemos que poner un alto. La escuadra de Crímenes de Cuello Blanco investiga un sinnúmero de modalidades de fraude, desde fraude a los planes médicos hasta las nuevas estafas relacionadas al COVID-19”, indicó Riviere en comunicado de prensa.
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Algunos ejemplos de estas estafas lo son:
- Laboratorios cobrando excesivamente por pruebas de COVID-19 (co-pago excesivo).
- Laboratorios que incluyen, con la prueba de COVID-19, otras pruebas no necesarias, aumentando el costo para el paciente.
- Promoción de pruebas de COVID-19 a personas particulares, por ejemplo, hogares de ancianos.
- Llamadas “Robocall” (automaticas pre-grabadas) ofreciendo pruebas, curas o tratamientos a cambio de información personal o dinero.
- Recetas de Hydroxychloroquine sin justificación – es decir, aquellas recetas que se expiden sin que el paciente haya recibido resultados positivos a COVID-19 o que se expiden “por si acaso” a familiares de un paciente que ha obtenido resultados positivos. Esto puede tener como resultado que, personas que no necesitan el medicamento (o para quienes el mismo está contraindicado) se hagan daño tomándolo y que otras, que verdaderamente lo necesitan, no lo encuentren disponible al acudir a una farmacia buscando el mismo.
- Sitios falsos de internet, vendiendo productos médicos.
- Compañías que alegan tener equipo para el coronavirus, promoviendo la venta de sus acciones en el mercado de valores.
- Venta, a precios excesivos, de máscaras, guantes, desinfectantes para manos (hand-sanitizer), y otros. Esto incluye personas que compran productos de esta naturaleza, en grandes cantidades, para retener y luego revender a precios excesivos.
“Todas estas instancias describen conducta delictiva dentro del marco de la jurisdicción federal y todas estas conductas ponen en peligro, de alguna forma u otra, el bolsillo, la salud y hasta la vida de ciudadanos, dentro de esta crisis de salud”. El funcionario federal catalogó como inaceptable esta modalidad y “es por ello que le recordamos a la ciudadanía que, la ayuda del público es esencial para que el FBI y sus colegas de ley y orden locales, tanto a nivel estatal como federal, puedan traer a delincuentes como estos a la justicia”.