El cierre de comercios durante el fin de semana abonará a las ya multimillonarias pérdidas del sector comercial en Puerto Rico, opinó el economista José Alameda.
El experto mencionó que también podría generar una situación de productos faltantes en los supermercados. “Si haces eso, obviamente vas a concentrar más la gente en los días que pueden comprar. Y ahí es que entonces viene más contacto social aunque guarden las distancias”, opinó.
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“Se arriesga a que vayan a comprar y estén las góndolas vacías, porque la cadena de suplido, en Puerto Rico el 80% de los alimentos son importados”, comentó el también profesor universitario.
De igual forma, Alameda expuso que el Gobierno no debería limitar más las horas de operación de los supermercados. La segunda Orden Ejecutiva de la gobernadora Wanda Vázquez implementa un toque de queda de 7:00 p.m. a 5:00 a.m. “Lo que debería hacerse es brindar más horas para comprar. Teniendo más horas de oferta hay menos probabilidad de concentración de gente y menos filas”, recalcó Alameda.
El economista estima el impacto económico que ha generado la emergencia del COVID-19 en $5,000 millones. “Estamos en una situación difícil económica, claro, se reconoce que la única medicina que tenemos para lidiar es el distanciamiento físico. Pero, eso se puede salvaguardar teniendo más disponibilidad en horas”, añadió.
Afectados los ciudadanos sin dinero
Por otro lado, la economista Martha Quiñones señaló que hay ciudadanos que no cuentan con los fondos para abastecerse antes del cierre de los comercios viernes, sábado y domingo.
“La gente se va a adelantar a hacer las compras, y va a depender de la disponibilidad que tenga la gente de dinero”, dijo Quiñones, quien agregó: “No necesariamente las pérdidas se dan porque la gente deje de comprar, sino sencillamente porque la gente no tiene dinero para comprar. Los que tienen el dinero pueden ir a comprar, abastecerse, esos son los mismos que van a ir el fin de semana”.
Asimismo, dijo que el impacto económico lo tendrían los restaurantes si no pueden operar. “Los más afectados son los restaurantes de comida rápida”, concluyó.